"ENSEGUIDA haré amigos aquí aunque haya cambiado de sitio". Antxoni Nazabal estrenó contenta ayer su nuevo toldo en La Concha, en el entorno de La Perla. Después de unos 60 años disfrutando de un parasol, hace dos años lo perdió (la aplicación de la Ley de Costas obligó a reducir el número de toldos y los que se mantuvieron, se sortearon entre todos los abonados) y, aunque no dejó de ir a la playa, ayer volvió a disfrutar de La Concha sentada un rato a la sombra.

Como todos los 15 de junio, los toldos comenzaron a funcionar ayer en las playas de la ciudad aunque, este año, lo hicieron por primera vez para muchos donostiarras. Y es que, tras el primer sorteo público celebrado hace quince días, hubo quienes se acercaron al toldero por primera vez para estrenar parasol. Otros veteranos lo que estrenaron era ubicación, ya que esta dependía también del resultado del sorteo.

"Yo también llevaba 40 años con toldo y lo perdí en el sorteo de hace dos años. Esta vez solo presenté una solicitud y me ha tocado", contaba Jesús Tanco mientras disfrutaba del pequeño placer de "sentarse a la sombra a leer el periódico". "Lo que más se agradece, más que la sombra, es el espacio", contaba Purificación Moreno mientras daba la comida a sus nietos. Porque una de las cosas que más destacaban unos y otros es la comodidad que ofrece el toldo, sobre todo, para los niños.

"¡Yo empecé con el toldo cuando di a luz, y mi hijo tiene ya 53 años!", coincidía Pili, en plena tertulia mañanera con Conchi y Fernando, también a la sombra. Más o menos, les ha tocado el parasol en la misma zona en la que lo tenían hasta ahora y estaban contentos, aunque comentaban que el proceso había sido un poco "follón". También lamentaban que no se haya ampliado el número de toldos después de haber echado más arena en la playa: la Ley de Costas lo que exige es que haya un espacio determinado de arena sin parasoles en marea alta y lo cierto es que después de haber incorporado la arena que se encontró durante las obras de ampliación del parking de la plaza de Cervantes, La Concha ha ganado algunos metros.

tres generaciones

"En primera fila"

Pocos centímetros le quedaban libres, sin embargo, a Beatriz ayer a mediodía: tres generaciones de su familia fueron a visitarla y, de paso, a disfrutar del toldo, con niños incluidos. "Estamos muy bien, en primera fila", contaba la mujer, contenta con la visita. "No creas, el año pasado muchos días estábamos solas", confesaba. Ayer, sin embargo, le visitaron también los nietos.

Aunque para muchos la ubicación era nueva, lo cierto es que la mayoría de usuarios de los toldos son veteranos y no les costó demasiado encontrar su nuevo parasol. "El primer día está siendo más fácil de lo esperado, todos están bastante puestos en el tema", contaba un toldero.

Eso sí, una vez ubicados comenzaban a mirar a un lado y a otro y a encontrarse con viejos conocidos. "¿Dónde os ha tocado este año?", preguntaban unos y otros. Aunque, al final y a pesar de que algunos han tenido que esforzarse para intercambiar su puesto por otro que les gustaba más, ayer con la inestimable colaboración del sol y el agradable tiempo disfrutaron de un perfecto inicio de la temporada de playas.

Probablemente los que tendrían peor cara serían los que, acostumbrados al toldo, ayer empezaron a pelearse con el sol y la arena sin ayuda de las rayas azules y blancas.