"instalaciones cerradas permanentemente. Disculpen las molestias". Ese es el aviso que se puede encontrar al entrar a la página web de la Talasoterapia Zelai de Zumaia. En el propio establecimiento, construido sobre el antiguo palacete y situado sobre un acantilado de la playa de Itzurun, también está colgado el cartel de "Cerrado", rodeado de hojas informativas y pasquines de los trabajadores del centro pidiendo lo siguiente: "No al cierre, Trabajo digno para todos" y "No a los despidos".
Se trata de los rastros de un conflicto que ha derivado en el despido de toda una plantilla compuesta por 24 empleados y el cierre del hotel Zelai. Algo que el sindicato ELA ha denunciado, presentando ayer mismo demandas judiciales "por cierre fraudulento, cuando la empresa no tiene previsto el cierre definitivo y valiéndose de la dirección de la nueva reforma laboral".
Todo comenzó el pasado 10 de enero, cuando la dirección del hotel comunicó a la plantilla su intención de despedir a cuatro trabajadores: dos del servicio de talasoterapia; uno de mantenimiento y otro de limpieza. Esta medida fue rechazada por unanimidad en la plantilla, según explicó el delegado de ELA, Zigor Gazpio, porque en agosto del pasado año fueron despedidos nueve empleados de la cocina del hotel y posteriormente se subcontrató el servicio. "Por tanto, en esta ocasión, la plantilla en su conjunto tuvo claro que no iba a aceptar la medida y convocó tres jornadas de huelga", detalló Gazpio.
Ante la huelga, la empresa hizo públicas las siguientes decisiones: cierre patronal nueve días en febrero; suspensión de contratos por fuerza mayor y por razones económicas durante once días ese mismo mes y si en marzo se mantenía idéntica situación, presentaría un expediente de regulación de empleo procediendo al cese de la actividad. Asimismo, consideró que la huelga no era legal, "por abuso en el planteamiento y omisión de mecanismos de mediación, arbitraje y conciliación previstos en el convenio". El planteamiento de la empresa de decretar el cierre patronal los días de huelga fue perseguido por la delegación de trabajo, quien según explicó Gazpio, advirtió a los dueños de Zelai de que "estaba incurriendo en ilegalidades".
nueva reforma laboral
Despido de toda la plantilla
En medio de esta tormenta, el pasado 11 de febrero llegó la aprobación de la nueva reforma laboral, según la cual la empresa no requiere de autorización administrativa para la aprobación de los expedientes de regulación de empleo. "Valiéndose de esa nueva legislación, la empresa pasó de plantear tres despidos a presentar un ERE de extinción para la totalidad de la plantilla", indicó Gazpio. "En las mismas negociaciones del ERE, han reconocido que la extinción de todos los contratos no es una medida necesaria, sin embargo ha persistido en sus planteamientos", añadió.
Para Gazpio, este hecho "deja patente" que el ERE planteado "no está fundamentado en razones objetivas", sino que se trata de "una venganza", "contra el derecho de huelga del que se ha valido la plantilla para defender su derecho al trabajo". Por todo ello, la decisión de despido colectivo ha sido impugnada judicialmente por ELA.
demandas judiciales
Reunión con el Ayuntamiento
Desde que comenzó el conflicto, la plantilla ha reivindicado el mantenimiento de los puestos de trabajo y de las condiciones laborales. Sin embargo, al estar ahora los antiguos empleados en el paro, ELA exigirá que estos sean subrogados en la nueva empresa, respetando sus anteriores condiciones. Por su parte, además de presentar las demandas judiciales contra el cierre patronal y el despido colectivo, el pasado jueves se reunieron con el alcalde Iñaki Agirrezabalaga (Bildu) para pedir que intermedie en el asunto y "apoye la reivindicación laboral a través de un acuerdo plenario". Se espera que el tema se debata en la próxima sesión.
En opinión de Gazpio, lo que ha ocurrido en el hotel Zelai, "es un ejemplo claro del poder ilimitado que la reforma da a los empresarios, que pueden llegar a cerrar su negocio injustificadamente con un doble objetivo: abrirlo con menor plantilla y con peores condiciones laborales". Así, mientras el conflicto prosigue en los tribunales y a la espera de una sentencia, además de haber 24 desempleados más, Zumaia se ha quedado sin uno de sus reclamos turísticos.