aLGUNOS le tienen miedo a empezar a hablarlo y no poder seguir la conversación. A otros les parecía "imposible de aprender" o no disponían de dinero o tiempo suficiente para acudir a clases. Son solo algunas de las razones por las que el euskera, a pesar de los esfuerzos que se realizan cada día para normalizar el idioma, aún está lejos de algunos colectivos. Es por ello que los departamentos de Euskera e Inmigración del Ayuntamiento de Zarautz acaban de poner en marcha el programa gratuito y abierto a todo el mundo Auzoko, que busca ofrecer un espacio para acercar el idioma a los que no lo hablan y establecer relaciones con los euskaldunes.
Aunque es la primera vez que se implanta en Zarautz, Auzoko no es un programa nuevo. Arrancó en Bergara hace unos años y ya cuenta con seguidores en el barrio El Antiguo de Donostia, Orio, Berriatua y Agurain. En todos esos lugares se juntan grupos de personas, para sacar a la luz la diversidad cultural, acercar el euskera a las personas que están alejadas del idioma y enriquecerse unas con otras, utilizando este idioma como herramienta de comunicación. Y es que tal y como indica el técnico de Inmigración de Zarautz, Julen Aranguren, "el euskera puede ser una herramienta para ayudar en la integración".
En Zarautz solo se han llevado a cabo dos sesiones y este periódico se reunió el miércoles con algunas de las participantes en este programa, para conocer sus experiencias con el euskera y ver cómo han acogido esta nueva iniciativa. No hay más que pasar un rato con ellas para darse cuenta de que el buen ambiente hará que todo fluya a buen ritmo y los miedos desaparezcan. Tal y como explica el dinamizador de Auzoko, el zarauztarra Unai Galdona, en vez de impartir clases de euskera, en este programa se enseña el idioma a través de juegos lúdicos. Además, en un futuro pretenden organizar actividades con las diferentes asociaciones del municipio. En este sentido, Galdona subraya que no es un espacio solo para las personas extranjeras: "Distinguimos los auzotarrak, las personas que saben euskera, de los auzokideak, los que no lo hablan. Es por ello que la iniciativa también está abierta para un zarauztarra que no sabe euskera, por ejemplo".
"kaixo, zer moduz? ongi"
El humor, gran herramienta
"No queremos crear una especie de gueto, si no relacionar a gente autóctona con extranjera. El gran reto es que los euskaldunes también se animen a participar en la iniciativa. Tendrán la oportunidad de conocer la diversidad cultural de la villa, que cuenta con más de 50 idiomas (58 nacionalidades) y se crearán relaciones enriquecedoras", indica Galdona. Los participantes de Auzoko se juntan una vez a la semana para en una hora u hora y media ir conociendo poco a poco el idioma y la cultura vasca. "Yo les digo que lo hablen sin miedo y que poco a poco ya irán cogiendo seguridad. Para eso es muy importante crear un ambiente agradable y de grupo, y ya lo estamos consiguiendo", señala el joven.
Así, la semana pasada trabajaron los saludos como Kaixo!, Zer moduz?, ongi o erdipurdi y cuando ya controlen un poco de euskera, se les mostrarán las actividades que se llevan a cabo en la localidad. "Con los juegos es más fácil crear esa complicidad. La verdad es que estoy muy contento. ¡Ya vienen con cuaderno y todo! No voy a tener problemas para animarles a hacer cosas. Están ilusionadas y eso me satisface", subraya el dinamizador, mirando a sus compañeras. El miércoles realizaron un recorrido por los establecimientos de la localidad. "El arrandegia (pescadería) por ejemplo, si lo ven y luego es más fácil recordarlo. No aprenden más de diez palabras en cada sesión, para poder repetirlas", añade Galdona.
La colombiana Gloria Nelly Benítez es una de las participantes de Auzoko. Vive en Zarautz desde hace diez años, con sus cuatro hijos y su marido. "Mis niños hablan mucho euskera y siempre les tengo que pedir que me traduzcan todo. Por eso me gustó mucho esta iniciativa y fui la primera en apuntarme. Además, se conoce a más gente. Lo pasamos muy bien y nos reímos mucho, sobre todo al tener que pronunciar. ¡Es tan diferente!", explica. Bibiana Sánchez también es de Colombia y llegó a Zarautz hace nueve años. Estuvo estudiando euskera, pero lo dejó por falta de tiempo. Ha tenido contacto con el idioma por el trabajo: "Hablarlo es difícil, pero al mirar sitios se te queda en la cabeza. Estamos muy contentas con Unai. Nos enseña cosas nuevas. Esta iniciativa nos da la oportunidad de hablar con nuestros hijos y que ellos aprendan también un poco más el idioma. En mi caso, yo le suelo decir lo poco que sé, algunas palabras. Hago el intento".
La chilena Paula Bustos por su parte, admite que "en un principio creía que no iba a ser capaz": "Lo veía muy difícil. Pero este programa está siendo reconfortante. Es otro modo de aprender euskera y en mi caso, el hecho de poder hablar algunas palabras con mi hijo... me alienta más todavía. Me hace muchísima ilusión. Además él me ayuda. Hay cosas que las veía difíciles y ahora no lo son tanto. ¡Me daba vergüenza incluso decir kaixo". De momento son un grupo de mujeres, pero quieren animar también a los hombres a participar. "¡Al que no se anime, luego le dará envidia!", exclama Sánchez. Y es que tal y como señalan, aunque acaban de empezar, "ya está siendo muy enriquecedor".