Aretxabaleta. El nuevo polideportivo de Aretxabaleta será bautizado como Ibarra, el topónimo con el que se conoce al ámbito urbanístico donde se enclava el edificio que se está construyendo junto al barrio de Markole. Para elegir el nombre, se convocó un concurso -el premio se repartirá en enero- al que se han presentado una quincena de propuestas: tres han coincidido en sugerir el nombre que han elegido los representantes municipales.

Sin duda, las nuevas instalaciones deportivas han centrado, y seguirán haciéndolo durante los próximos ejercicios económicos, el esfuerzo inversor de las arcas municipales. El poli, cuyas obras han hecho frente a diversos contratiempos que han provocado un considerable retraso en su desarrollo, se prevé inaugurar el próximo mes de marzo. De acuerdo a la última previsión de la empresa adjudicataria, Galdiano, la actuación concluirá "a mediados de febrero" y luego habrá un periodo de quince días para hacer las pruebas en la maquinaria y en el funcionamiento. "Aunque estos plazos no nos garantizan que vaya a ser así", señaló ayer la alcaldesa, Ana Bolinaga.

Hasta que llegue la hora del estreno de este equipamiento que costará 14,4 millones de euros y será gestionado por una empresa, los atxabaltarras dispondrán de otras alternativas. Los cursillos seguirán impartiéndose en el local de Zainduz, pero también se podrá acceder a los servicios de los polideportivos de Eskoriatza y Arrasate. En el primer caso, los abonos especiales serán de tres meses, de enero a marzo, "con posibilidad de ampliarlos si no se abre el nuevo poli en los plazos previstos", indicó Bolinaga. En la villa cerrajera, la fórmula será de dos meses y en la modalidad plus (piscinas y zona seca). La primera edil quiso agradecer la "buena disposición" que han mostrado los ayuntamientos de ambas localidades para ofrecer este sistema de abonos que ya se está tramitando.

el bidegorri no se terminará La alcaldesa informó, asimismo, de que se han destinado 80.000 euros para urbanizar y adecentar el próximo año el entorno del edificio "de un modo funcional". La idea era mejorar también los aparcamientos pero, en estos momentos, "no hay disponibilidad económica". Este obstáculo, según detalló Bolinaga, impedirá igualmente terminar el bidegorri -su coste no estaba contemplado en la obra del poli-, que discurrirá a la altura de Txarapea hasta el complejo deportivo, bordeando el Deba. El carril bici-peatonal, que debe salvar el río, tiene un coste de 500.000 euros.