El arte de colgar zapatos
Las calles de Donostia no quedan excluidas de la moda internacional de dejar zapatillas en las alturas
Donostia. ¿desea usted crear arte? Pues lo tiene muy fácil. Coja un par de zapatos y ate los cordones de uno con los del otro. Después, busque un árbol o un cable de tendido eléctrico o telefónico y lance los zapatos hasta que consiga colgarlos, como si fuesen adornos de Navidad. ¿Lo ha conseguido? Pues ya es usted un artista espontáneo.
A la práctica de colgar zapatos en esos lugares se denomina shoefiti, un juego de palabras entre shoe (zapato) y grafiti, y comienza a estar presente en las calles de Donostia. Las calles Jai Alai y Virgen del Carmen, en Egia, o la Calzada Vieja de Ategorrieta en Gros, así como los árboles situados detrás de la estación de EuskoTren junto al estadio de Anoeta o las inmediaciones del polideportivo de Altza son lugares en los que pueden observarse los primeros indicios de esta manifestación artística. Si bien la cantidad de zapatos que cuelgan no es muy abundante, es cierto que en los últimos meses ha ido in crescendo.
Este no es el único fenómeno curioso a nivel mundial que aterriza en Donostia. Hace unos meses, como ya reflejó este periódico, en el puente María Cristina, los ciudadanos comenzaron a atar candados del amor, como ya se hace en el puente Milivio de Roma, a raíz del libro Tengo ganas de ti de Federico Mocia.
Hace unos años, además, el túnel para peatones de El Antiguo contaba con un mosaico en el que aparecía uno de los característicos marcianitos del juego Space Invaders, que fue muy popular durante la década de 1970 y 1980. Esos mosaicos han aparecido en varias ciudades importantes del mundo, como París (Francia) o Londres (Reino Unido), entre otras. No obstante, tras la última reforma del túnel de El Antiguo, el marciano desapareció.
varias teorías
De movimiento artístico a venta de drogas
En el Estado, hace una década que se registran este tipo de zapatillas voladoras. Los ciudadanos de las grandes metrópolis, como Madrid y Barcelona, conocen bien este movimiento. De hecho, en 2008, la agencia Europa Press informó de la aparición espontánea de zapatillas colgadas en diversos puntos de la ciudad.El movimiento nació en EEUU y luego se fue expandiendo por todo el mundo.
Es más, la Red se encuentra repleta de zapatos que cuelgan de cables o árboles. Ejemplo de ello, es la página web www.shoefiti.com, que recoge testimonios fotográficos de lugares del mundo en el que se da este fenómeno. La página recoge fotografías de Madrid, Barcelona, Girona y Burgos, pero no de los ejemplos que pueden observarse en Donostia.
Pese a que la explicación más plausible es la de que los zapatos colgantes sean una manifestación artística o, simplemente, una chiquillada, hay también otras teorías más siniestras. Teorías que, dicho sea de paso, es muy poco probable que sean aplicables al caso donostiarra.
Ejemplo de ellas es la que relaciona esta práctica con el mundo de los narcotraficantes. Hace unos años, la administración municipal de Los Ángeles (EEUU), ante la masiva presencia de zapatos colgantes en una zona, emitió un comunicado en que calificaba el acto de "vandalismo" y que explicaba que los lugares en los que se colgaban las zapatillas eran puntos de venta de droga.
Sea como sea, Los Ángeles queda muy lejos, y la realidad es que Donostia es un lugar en el que cada vez con más frecuencia aparecen nuevas maneras de expresión ciudadana. Ya lo saben, cuelguen sus zapatos y zapatillas.
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