"El nuevo edificio de Denda kalea va a suponer, por fin, poder trabajar en unas condiciones es"
Arantxa Arzak, que se niega a confesar su edad, es "irundarra de padre hondarribiarra" y trabaja en la Musika Eskola de Hondarribia desde hace más de 20 años. Desde hace un tiempo, "con pocas horas para impartir las clases de txistu y más para dedicarse a la gestión"
Hondarribia. Aunque el decreto que regula su funcionamiento dice que las escuelas de música "deben tener su sede en un único edificio", ése no es el caso de Hondarribiko Musika Eskola, que desde su creación oficial en 1992 como entidad cultural, ha ido "de acá para allá". Su gerente Arantxa Arzak, como sus más de 400 alumnos, cuenta los meses para el traslado al nuevo edificio de la Kultur Etxea de Denda kalea. Además, ahora encaran el calendario de actuaciones y audiciones de fin de curso.
Termina el curso y sacan ustedes el trabajo de los alumnos a la calle y a distintos espacios de la ciudad, en forma de audiciones, conciertos de paso de nivel o actuaciones con fines sociales. ¿Por qué?
Las actuaciones con público son algo que se hace a lo largo de todo el curso académico, si bien es verdad que suele haber más al final, como en este mes de junio, que tendremos un total de 18, que movilizarán a más de 200 de nuestros alumnos. La razón de hacerlo es doble. Primero, porque tocar ante un público, saber reaccionar e improvisar sobre la marcha si por ejemplo cometemos un error, es parte del aprendizaje musical. En segundo lugar, porque somos una escuela que recibe la ayuda económica de todos a través del Gobierno Vasco y el Ayuntamiento, y es más que justo y lógico mostrar a la sociedad lo que nuestros alumnos consiguen con esa ayuda y con esa apuesta que la sociedad pone en su formación. Por eso, aunque acuden muchos padres de alumnos, todas estas actuaciones están abiertas a todos los que quieran venir.
¿Cómo están en estos momentos en cuanto a número de alumnos e instalaciones? ¿Tienen ya ganas de trasladarse al nuevo edificio que se construye en Denda kalea?
Tenemos alrededor de 450 alumnos de edades comprendidas entre los 4 y más de 60 años. Hay muchos niños y jóvenes pero de unos años a esta parte hay una gran tendencia de adultos que retoman el aprendizaje musical que habían dejado años atrás o incluso de quienes vienen a aprender un instrumento o el lenguaje musical desde cero. En cuanto a locales, estamos divididos entre un pequeño edificio en la calle Mayor, los módulos en el Kasino Zaharra y las escuelas del Puntal. Hace años y años que no estamos en las debidas condiciones: ni de espacio, ni de estado de las instalaciones. Por eso estamos deseando trasladarnos a Denda Kalea en cuanto sea posible. Probablemente, será en el segundo trimestre del próximo curso, en algún momento después de Navidad. Habrá que preparar el traslado a mitad de curso pero no seríamos capaces de esperar al próximo verano para ocupar el nuevo edificio, teniéndolo ya listo.
La obra de la Kultur Etxea de Denda Kalea ha estado envuelta en la polémica entre el Ayuntamiento y parte de los vecinos, incluida la asociación Harresi. ¿Cómo han vivido ustedes este enfrentamiento?
Hemos sido espectadores de todo lo ocurrido, porque la oposición vecinal no era respecto a la necesidad de una sede para Hondarribiko Musika Eskola, Banda de Música y Banda de Txistularis, que seremos los principales usuarios, sino respecto al lugar elegido y a las dimensiones del edificio. Sobre el emplazamiento, creo que Musika Eskola y vecinos del Casco Histórico hemos convivido siempre muy bien y nunca ha habido problemas. Nos alegra poder seguir aquí. Sobre las dimensiones, puedo reiterar lo que dijimos hace meses, que el diseño del edificio se hizo contando con nosotros y con las necesidades reales que planteamos al Ayuntamiento. Sí nos han preocupado, en el transcurso de la obra, los problemas que tuvieron algunos vecinos en sus casas. Pero sabemos que la oposición no era hacia nosotros ni hacia la música.
¿Qué va a suponer el nuevo edifico para ustedes? ¿Qué nuevas posibilidades se abren?
El edificio supondrá trabajar por fin en las condiciones normales y necesarias. Además, se abre la posibilidad de abrir una escuela de danza, ampliar nuestra oferta musical con alguna especialidad más e incluso abarcar en el futuro, quién sabe, otras artes y otros públicos, como la enseñanza para adultos en horarios de mañana. Y tendremos un salón de actos para poder hacer nuestras audiciones y conciertos, que será muy importante, junto con el nuevo auditorio de Itsas Etxea. A partir de ahora, cuando se nos ocurra organizar algo, no tendremos que preguntarnos dónde hacerlo.
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