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Lo que es (y no es) cultura vasca

¿Qué tradiciones son autóctonas y cuáles son importadas de otros países? A esta y otras preguntas intenta responder Rafael Aguirre Franco en su Lección de ingreso a la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.

Lo que es (y no es) cultura vasca

La cultura de una sociedad no sólo corresponde a unos límites geográficos concretos. Pero realmente, ¿quién conoce qué es propio de la cultura vasca y qué es importado de otras? Las tradicionales hogueras de San Juan, que se celebran con ánimo, música, danza y grandes festejos en toda la geografía vasca, no son exclusivas de Euskal Herria, si no que son compartidas en todas las sociedades con base indoeuropea.

Rafael Aguirre, vinculado durante más de tres décadas al desaparecido Centro de Atracción y Turismo de Donostia, redactó para su Lección de Ingreso en la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, del día 24 de noviembre de 2010, el texto Influjos externos en el modo de ser vasco. Lo autóctono en nuestra cultura. En su obra intenta dilucidar qué características de la cultura del País Vasco son propias y cuáles han sido importadas de los países con los que alguna vez se ha tenido relación.

construcciones

Caseríos y traineras

La investigación de Aguirre comienza con las casas rurales vascas, con los baserris. Al respecto, el autor expone que es una de las construcciones "más singulares del País", pero que cuando se estudian este tipo de edificaciones uno no puede remontarse más allá del siglo XV. "Ningún vestigio nos ha llegado de épocas anteriores, salvo hipótesis más o menos sostenibles sobre los habitáculos -chozas y cabañas- dispersas en la frondosa selva que cubría el país", afirma.

La climatología era un factor clave a la hora de construir. En la zona húmeda de Euskal Herria, el caserío estaba diseñado para expulsar el agua de lluvia. Asimismo, no cuentan con ningún tipo de portalón, "que sólo podría utilizar contados días de verano". En la zona de Navarra, en cambio, la meteorología más cálida permite que en las fachadas cuenten con un balcón corrido. Por último, "en Iparralde la arquitectura rural y urbana en simbiosis con el paisaje, adopta un aire más amable con la balconadas corridas y vegetación o flores en la fachada".

Aguirre concluye que el caserío en el Euskal Herria desarrolla características propias y diferentes a culturas de tierras colindantes con climatología parecida, como puede ser Cantabria.

El miembro de la RSBAP, pasa de la construcción de las casas a la construcción de navíos. La constante comunicación marítima mediante el océano Atlántico hizo que en todos los países bañados por este mar se extendiese una cultura naval parecida. Por ejemplo, "el buque grande de vela -galeón, goleta, bergantín o fragata- destinado al tráfico internacional, es similar en todas las flotas".

Asimismo, en las relaciones con las tierras del cantábrico hacía que todas las embarcaciones contasen con una característica común: "son de línea airosa a ligera", pese a navegar en un mar muy agitado. Pero hasta en tierras cántabras se notan las diferencias. Aguirre explica que las traineras y los bateles de Euskal Herria "ofrecen una línea más airosa que los modelos similares construidos en Galicia o Asturias".

deporte y juegos

Herri kirolak y Haur-jolasak

Los deportes vascos son una "dramatización" de los quehaceres cotidianos del hombre rural. El autor se remite a los bertsopaperak del siglo XIX que relataban que en la base de las competiciones residía la idea de un enfretamiento de fuerzas. El autor destaca que en otros pueblos los deportes populares "carecen de vinculación directa con la idiosincrasia", "limitándose en la mayoría de los casos a puras manifestaciones folklórikas". "En cambio, la aizkora, la harrijasoketa o el levantamiento de piedra, los segalaris, los idi dedma o arrastre de piedra por buyes, la korrika y tantos otros, son autóctonos, es decir, nacidos en el ámbito geográfico de una raza", asegura, y seguidamente añade que en Euskal Herria los deportes no son "importados ni limitados, sino surgidos de imperativos de una serie de circunstancias antropológicas, económicas y ambientales".

Pese a todo, en las últimas tres décadas la práctica de las herri kirolak ha descendido, debido a que el mundo rural en el que se basaban, poco a poco, también ha ido desapareciendo. "Sin embargo hay otras que subsisten con un tirón creciente como es la pelota a mano y las estropadak", apunta.

A diferencia de los deportes populares que tenían un gran arraigo en la identidad del país, los juegos infantiles no son exclusivos del territorio vasco, sino que también se practican en otras civilaciones. Como ejemplo, cita las argumentaciones de José Miguel de Barandiarán para justificar que el juego Konzalo, comunmente practicado en Ataun, tiene variantes en Galicia, en Sevilla y hasta en la Roma de hace 2.000 años.

De cualquier modo, los juegos comparten con los herri kirolak el decrecimiento de su práctica en último medio siglo. Esto se debe a que la comunicación constante y fluida entre distintas generaciones se ha interrumpido, y ya no se trasmiten "contenidos culturales de parecido significado". Esta función es asumida ahora, no por los padres, sino por las escuelas. Asimismo, los juguetes artesanales específicos de cada tierra se han visto homogeneizados por juguetes producidos en tierras lejanas, que llegan a todo el mundo.

El arte

Pintura, escultura, música y gastronomía

Con el desarrollo de la pintura a finales del siglo XIX aparecen motivos característicos de la época. "Los puertos y el mar, el caserío, los trabajos y las fiestas" toman relevancia artística, "paradójicamente" cuando el mundo rural pierde importancia ante la industria.

En cuanto a la escultura, no tiene especial relevancia hasta que las Diputaciones y los Ayuntamientos crearon becas para estudios en el extranjero y se crea una "tupida red de contactos entre distintas disciplinas artísticas". Consecuencia de estos intentos hemos de enmarcar a autores como Jorge Oteiza o Carlos Ribera, entre otros. Durante el siglo XX van surgiendo distintos grupos y movimientos, la mayoría dentro de las expresiones vanguardistas, en los que cabeza visible son el propio Oteiza y Eduardo Chillida.

En cuanto a la música, pese a que ya había recopilaciones del cancionero vasco, la más importante la realizaron Resurrección María de Azkue y Aita Donostia, a comienzos del siglo pasado. Aguirre afirma que "gracias a ellos se asentó por escrito el corpus de nuestro nacionalismo musical basado en una melodía y un idioma propio".

El autor agrega en su exposición que pese al rico cancionero del país hay melodías que guardan ecos de otros países. Es el caso de varias piezas que Raimundo Sarriegi compuso para la Tamborrada, Caldereros o el Carnaval, en las que puede percibirse influencia de la música civil y militar francesa, como consecuencia de la invasión napoleónica de Donostia en el siglo XIX.

En cuanto a la gastronomía vasca, tuvo (y aún tiene) una inevitable influencia francesa. El referente Europeo de la buena cocina, durante muchos siglos, fue Francia. De hecho, durante el siglo XIX los balnearios vascos ofrecían menús basados en platos del país vecino y, muchas veces, escritas en francés. A comienzos de siglo pasado, esa tendencia cambia, dado que "los principios ideológicos del primer nacionalismo impregnan la sociedad y la política", por lo que "hay una exaltación de los valores autóctonos y entre ellos el de la cocina" que basará sus creaciones en productos de la propia tierra.

Muchos años después, en 1976, tras la primera mesa redonda sobre Gastronomía, surge la Nueva Cocina Vasca. A aquel evento acudieron Juan Mari Arzak y Pedro Subijana quienes quedaron prendados de "las indicaciones de Paul Bocuse sobre el imperativo de una cocina basada en la calidad de la materia prima y la estacionalidad de los productos. "En esta nueva etapa es también la culinaria francesa la que nos marca el camino", sentencia.

idioma

El euskera

Aguirre explica que hay muchas teorías que defienden el origen del euskera, pero que ninguna está lo suficientemente provocada. Garibay aseguró que el idioma procedía directamente de la Torre de Babel; también se especuló sobre su origen beréber o su procedencia y relación con el georgiano. No obstante, apunta que la teoría más probada es la que relaciona el euskera con el antiguo aquitano "de la cual se conservan alrededor de 400 inscripciones fúnebres dispersas por la actual Aquitania, norte de Aragón, La Rioja, Navarra y el País Vasco".

Por otro lado, asevera que durante los siglos las lenguas románicas como el castellano y el francés han tenido influencia en el euskera. "Obviamente, la influencia se ha producido sobre todo desde el latín al euskera pero también existen aportaciones en sentido inverso", relata y añade que la filóloga María Teresa Echenique "que siempre hubo un cierto bilingüismo vasco/romance en el que se mezclan palabras en vasco y castellano, aun cuando los hablantes consideran que están conversando en castellano".

Aquello que se considera propio, quizá no lo sea tanto. Y lo que se piensa que procede del extranjero, puede que sea una consecuencia del modo de vida exclusivo de Euskal Herria.