legazpi. ¿Por qué ha elegido esta temática?
He trabajado durante muchos años como cronista y en la asociación Burdinola, pero estaba estancado en la crisis de las ferrerías. No conocía lo que pasó desde finales del siglo XIX hasta 1940. Sólo sabía que la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País intentó revitalizar las ferrerías y no lo consiguió. En ésas me topé con un escrito de Arantxa Zubizarreta, en el que ponía que Pedro Segura fue crucial en el inicio de la industrialización: cambió el feudalismo por el capitalismo liberal. Mientras en otras localidades siguieron con la siderurgia renovando las instalaciones, aquí los aristócratas propietarios de las ferrerías las dejaron morir. Ante eso, Legazpi optó por empresas preindustriales: la papelera, la tejería... Éstas eran empresas pequeñas, pero Segura fundó una cartuchería importante. En aquella época también se explotaban las minas de Katabera. Además, antes de 1920 también se produjeron otros avances: la electrificación, la aparición de los primeros vehículos... Hasta 1920 apenas hubo movimientos demográficos. La fábrica de Patricio Etxeberria tenía ya más de 100 trabajadores para 1916, pero muchos eran vecinos que hasta entonces trabajaban en el campo.
¿Por qué los cambios llegaron más tarde que a otros municipios?
La carretera de Vitoria no pasaba por aquí, por lo que no había enlace hacia Álava. Por otro lado, la estación de Brinkola se hizo en 1900 y el apeadero de Legazpi en 1930.
¿Qué pasó a partir de 1920?
Entró al Ayuntamiento gente muy relacionada con la industria y la dinámica cambió totalmente: el Consistorio pasó de ser ahorrativo a ser inversor. Se construyeron las escuelas, el frontón y la plaza y se afianzó la industria. Patricio reemplazó los sistemas arcaicos por los mecanizados e introdujo nuevos productos. La papelera diversificó la producción, empezando a hacer también tacos de fieltro.
¿Cómo fueron los años 30?
Desde el punto de vista urbanístico, la transformación fue total. Se abrió la calle nueva y el pueblo tomó un aspecto urbano. En cuanto a la política, también hubo cambios muy importantes. Los partidos cogieron fuerza y tanto el PNV como los republicanos tenían sedes en Legazpi y en Brinkola-Telleriarte. La derecha no aparecía por ningún lado.
¿Quién mandaba?
El primer Ayuntamiento fue singular. En aquellos pueblos donde el número de candidatos fue similar a la de vacantes no se celebraron elecciones. Fue lo que sucedió en Legazpi. Después el gobierno revocó esos ayuntamientos y nombró gestoras. La de aquí estuvo presidida por la maestra Itziar Arana: ha sido la única alcaldesa que ha habido. Después hubo elecciones. La Corporación trabajó muy bien, aunque hubo problemas entre nacionalistas y republicanos: en Telleriarte los nacionalistas colocaron la ikurriña en el árbol de San Juan, los republicanos lo denunciaron y el alcalde tuvo que dimitir. Por otro lado, el PNV obtuvo la mayoría absoluta en todas las elecciones anteriores a la sublevación militar.
¿Qué paso en 1936?
En las elecciones de febrero la derecha relegó al PNV. Me costó encontrar la explicación. Hasta que di con un panfleto en el que se decía que de no votar a la derecha Legazpi perdería todos los puestos de trabajo. La gente votó con miedo. Después llegó la ocupación. Las tropas llegaron el 19 de septiembre. El 18 se produjo la evacuación y ésta fue ordenada. No hubo represalias por parte de los nacionalistas y los republicanos. Cuando llegaron las tropas franquistas, en cambio, sí hubo incidentes: hubo fusilamientos.
Uno de los personajes que ha mencionado es Pedro Segura.
Es el hombre que inició la nueva era industrial. La aportación de Patricio Etxeberria fue posterior. Es más, Segura y Patricio fueron socios hasta 1919.
¿A quién más destacaría?
El padre de Patricio, Miguel Ignacio, también me parece importante por el impulso que le dio a la papelera. Patricio también fue importante, por supuesto. Tras 50 años recuperó la siderurgia, al instalar la fundición y la laminación.
En el ámbito político, ¿quién merece ser destacado?
El alcalde del PNV: Ubaldo Segura. Era hijo de Pedro Segura. Tras la dictadura de Primo de Rivera quisieron nombrarle alcalde, pero dijo que no lo sería hasta que le eligiera el pueblo. Así fue. Salió elegido en las elecciones de 1934 y cuando entraron las tropas franquistas tuvo que exiliarse. Su empresa fue incautada. Salió a subasta y tras pagar la multa que le pusieron la recuperó. Murió en Legazpi. Creo que los Segura han sido ignorados por haber sido abertzales.