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Guriditegi dice adiós a las bombonas

Vivir en un entorno rural tiene también desventajas. Hasta ahora, los vecinos de Guriditegi, en Legazpi, han tenido que utilizar bombonas. Están instalando un depósito colectivo y dejarán de pegar alaridos en la ducha porque se han quedado sin gas.

Guriditegi dice adiós a las bombonas

VIVIR en un entorno rural tiene ventajas y desventajas. Por un lado, gozan de una tranquilidad que para sí quisieran en las ciudades, pero, por el otro, no disfrutan de tantas comodidades como los urbanitas. Disponen de menos servicios que en las urbes y éstos llegan habitualmente más tarde. En el núcleo Guriditegi del barrio Brinkola de Legazpi, por ejemplo, todavía tienen que andar con las bombonas de propano a cuestas. Afortunadamente, será por poco tiempo. Van a instalar un depósito colectivo y ya no volverán a pegar alaridos en la ducha porque se han quedado sin gas.

Tal y como su propio nombre indica, el gas ciudad es para las ciudades: en los entornos rurales no pueden disfrutar de él porque la instalación no sale rentable. Así, en estos núcleos suelen optar por instalar un depósito de gas propano para todo el vecindario. Es lo que hicieron en el barrio Telleriarte de Legazpi hace ya algunos años. El Ayuntamiento de la localidad se hizo cargo de la instalación y la empresa suministradora puso el depósito.

brinkola

Arriba sí, abajo no

A sus vecinos de Brinkola la iniciativa les pareció interesante y se pusieron también manos a la obra. Este barrio tiene dos núcleos y en el principal los desniveles son demasiado grandes. En Guriditegi la orografía no presenta problemas, pero el proceso se ha alargado más de lo deseado. Afortunadamente, las obras arrancaron en septiembre y se espera que finalicen antes de que se acerque el invierno.

La vecina de Guriditegi Pruden Agirre tiene claro que van a ganar en calidad de vida. "Cuando renovamos nuestra casa instalamos calefacción a gas. Viendo que en Telleriarte el Ayuntamiento había financiado la instalación colectiva no quisimos poner un depósito propio, por lo que utilizamos bombonas de propano. Tenemos instaladas seis y cada quince días, más o menos, tenemos que sustituirlas todas. Es un trabajo engorroso, cuando nieva el repartidor no puede llegar hasta el barrio...", comenta esta mujer.

Gracias a la financiación del Ayuntamiento y a la empresa que ha accedido a suministrarles el gas, Cepsa, este invierno podrán meterse en la ducha sin miedo a quedarse sin agua caliente. "Sabemos que vivimos lejos del casco urbano y que hacer llegar los servicios hasta aquí es complicado, pero creemos que tenemos los mismos derechos que el resto de los vecinos. Disponemos de agua potable y teléfono, nos recogen la basura... ¿por qué tenemos que andar con las bombonas a cuestas? El depósito se colocará en el terreno de un vecino y será el Ayuntamiento el que se encargue de hacer llegar las tuberías a los caseríos", señala Agirre.

Al principio eran cinco los vecinos que decidieron beneficiarse de la iniciativa, pero en cuanto la obra ha comenzado algunos otros se han interesado por el tema. No en vano, la mayoría utiliza el gas por lo menos para cocinar y calentar el agua. Afortunadamente, el Ayuntamiento había previsto hacer llegar la toma hasta la entrada de cada casa. Además, se aprovechará la obra para renovar las tuberías del agua y el saneamiento y soterrar la instalación eléctrica. También se mejorará el aspecto de la plazoleta. Por todo ello, Pruden Agirre quiere finalizar dando las gracias al Consistorio de Legazpi y especialmente al aparejador Alonso Francés.