Tolosa. De nuevo está en Tolosa, en casa, en su campamento base. ¿Dónde ha pasado el verano?

He estado en Escandinavia, en Noruega, Suecia, Finlandia. Son países que me atraen. Yo he pasado dos meses allí y las personas que han participado han ido en avión desde aquí. Cuando jubilamos el autobús Nairobitarra tenía que decidir qué vida quería seguir y compré una furgoneta y la preparé para ocho personas con el objetivo de tener un medio para viajar de forma autónoma. Tenemos un medio de transporte, podemos dormir en él y realizar las comidas, y eso nos da la posibilidad de no gastar demasiado dinero en países caros como Noruega. Viajar sobre ruedas te da un componente de libertad que no puedes encontrar de otra forma: si hoy hay viento sur y luna llena, ¿por qué no quedarnos en ese lugar a dormir?

¿Por qué le gusta tanto Escandinavia?

He ido muchas veces, la primera hace 25 años. Me gusta porque es una tierra maravillosa, sobre todo Noruega. Además, guarda una relación con Tolosa, porque aquí llegaron los noruegos y trajeron la práctica del esquí. Noruega es un país bastante despoblado, puedes hacer kilómetros y kilómetros sin encontrarte a nadie, y hay lagos y bosques increíbles.

¿Qué componentes tienen los viajes que organiza?

Por el tipo de vida que hemos llevado, la gente se cree que hacemos travesías y expediciones. Los viajes que hacemos con la gente son bastante normales, con excursiones pequeñas a pie, y el perfil del viajero no es el de un deportista. Después están los viajes que hacemos por nuestra cuenta y entre amigos, en los que vamos a cruzar Groenlandia o a bajar el río Nilo en piragua.

¿Qué tipo de gente se anima?

Las personas a las que les gusta la naturaleza y el espacio abierto. Aunque también me gustan los museos, yo pocas veces organizaría un viaje a Florencia, Pisa y Roma. Seguramente iría a Roma, pero también a Lago di Garda y Dolomitas. Para mí el componente natural es importante, aunque la cultura me interesa mucho y también me meto en los museos.

¿Compartir es una de las consignas de estos viajes?

A la gente que viene a estos viajes le interesa compartir experiencias, le gusta la naturaleza y un poco de actividad física. Y, sobre todo, es gente práctica. Este año hemos pescado bacalao y lo hemos cocinado nosotros en la furgoneta, pero tampoco tenemos inconveniente para comer una lata de sardinas. Y no hay límite de edad, porque este año he tenido gente de 25 y 60 años...

¿Viajar es ahora más barato que nunca?

Los billetes de avión están más baratos que nunca. Antes salíamos de aquí y echando gasolina llegábamos al fin del mundo. Se nos iba el tiempo en el camino, pero entonces un viaje en avión era muy caro. Ahora la gente lo que no tiene es tiempo. La forma de viajar también ha cambiado, ahora se ven muchas autocaravanas. Yo este año he visto muchísimas autocaravanas en Noruega.

¿Cuál es su próximo proyecto?

En otoño me voy a Nepal como guía de montaña a hacer el trekking del Annapurna. Estoy pensando en el próximo año y a lo mejor prepararamos viajes a Turquía. El verano puede ser una buena época para viajar, pero según a dónde. El 70% de la gente tiene las vacaciones en verano, y es normal, pero para ir a algunos lugares es mejor el otoño, por ejemplo, a la Patagonia.

¿Cómo combina los viajes de trabajo y de ocio?

Antes pasaba siete meses fuera de Tolosa, y ahora cinco. Para mí trabajar en verano es importante, porque ahí está la fuente de ingresos más importante. En Semana Santa también solemos hacer viajes, a Marruecos... Pero para mí viajar no es una manera de escaparme de aquí, porque voy a gusto y vuelvo contento. Tolosa es mi campamento base necesario, aquí vivo encantado, porque es un pueblo al que estoy muy unido y cuya actividad cultural me parece un privilegio.