Mutiloa. Aprovechar una antigua vía férrea para mostrar el patrimonio minero de la localidad goierritarra y ofrecer a los visitantes la oportunidad de pasear por un enclave de gran valor paisajístico. Es el objetivo de la segunda fase de la vía verde de Mutiloa que se inauguró ayer. En el acto tomaron parte la directora de la agencia vasca de turismo Basquetour, Ana Izagirre, el director de Turismo de la Diputación Foral, Ernesto Murgiondo, y el alcalde de Mutiloa, Iñaki Ugalde. También estuvieron presentes varios alcaldes de la comarca y el responsable de Goitur, Niko Osinalde.

La actividad minera ha tenido una gran importancia en la localidad goierritarra de Mutiloa. Los documentos más antiguos se remontan a la Edad Media, pero hay quienes sostienen que ya durante la época romana se llevaba a cabo la extracción de mineral en este municipio de Goierri. Para ello, se basan en los topónimos de la zona. Por ejemplo, Troi, Barbari y Romanos.

Mutiloa fue el principal abastecedor de hierro para las ferrerías de esta zona de Gipuzkoa, pero a partir del siglo XVIII el material traído desde Bizkaia fue cobrando más y más importancia. Ello se debió a las mejoras en el transporte. Animados por la Ley de Minas de 1825, durante el siglo XIX muchos vecinos de la localidad goierritarra se dedicaron a esta actividad. A finales del siglo XIX llegó la explotación de corte capitalista de la mano de la Compañía Mineral de Mutiloa SA. Entre 1894 y 1897, dicha empresa de origen vizcaino se apropió de las concesiones mineras que estaban en manos de los vecinos y transformó el paisaje del municipio de manera más virulenta.

Los empresarios vizcainos también construyeron las infraestructuras necesarias para responder a las exigencias del nuevo sistema de producción. Entre éstas destaca la línea férrea que comunicaba las minas con la estación de Ormaiztegi. También fueron ellos quienes edificaron los lavaderos de mineral y las balsas de decantación.

Esta compañía dejó de explotar las minas a comienzos de los años 20. La zona recuperó la actividad minera en 1936, de la mano de la empresa Explotaciones Aralar SA. Esta activación fue motivada por el estallido de la guerra y la paralización llegó al poco de finalizar la contienda: en 1941. La última reactivación tuvo lugar en los años 70: la compañía Eximinesa explotó la última mina que permaneció en activo en Gipuzkoa.

vestigios

Depósitos, diques, molinos...

Mutiloa es en la actualidad un municipio dedicado a la explotación forestal y agropecuaria, pero su pasado minero se deja notar: en cada época transformaron el paisaje utilizando la tecnología que tenían a su alcance y las diferentes etapas productivas se diferencian claramente. Las escombreras, los modelados artificiales del terreno y los desmontes se aprecian a primera vista.

La zona de extracción más importante es Peatza, a ambos lados de la carretera que une Legazpi con Zerain. Este terreno es de propiedad pública, está declarado de Utilidad Pública y va a ser objeto de una rehabilitación paisajística. Más abajo se encuentra Barrenola, la zona donde se trataba el mineral. En este enclave pasearon ayer los políticos y se pueden encontrar interesantes vestigios. Junto al caserío Monastegizar, por ejemplo, se encuentran los restos de la vertedera, el depósito de agua, el depósito de minerales y el lavadero. En Troi se pueden ver tres molinos y dos balsas de decantación.

Por otro lado, junto al caserío Barrenola estaba la sede social de la compañía. Cerca de él se pueden ver todavía los restos de un antiguo cargadero de mineral, de una gran tolva de descarga y de dos diques que se construyeron en el arroyo Troi. Uno conserva parte de la balsa, que sufrió daños durante las riadas de 1988.

Para poder disfrutar de todo este patrimonio minero, sólo hace falta acercarse hasta Mutiloa: dejar la N-I tras pasar Olaberria y tomar la primera salida en la rotonda situada a la entrada de Segura. Los accesos a la vía verde están después de pasar el pueblo.

Este paseo se ha habilitado aprovechando la vía férrea construida por la Compañía Mineral de Mutiloa. Este tren enlazaba las minas con la estación del Ferrocarril del Norte de Ormaiztegi. Desde esta última localidad el mineral extraido se transportaba al puerto de Pasaia. La vía férrea minera cubría una distancia de 4,5 kilómetros y tenía una anchura de 0,75 metros. Del ferrocarril son fácilmente reconocibles la explanación, la casa de máquinas, dos puentes metálicos y varios muros de contención.