Errenteria. ¿Qué supuso para usted recibir el homenaje de sus compañeros?
Fue una noticia muy emotiva e importante porque recuerdo que cuando llegué a la presidencia de Errenkoalde yo fui uno de los impulsores de que el acto tuviera una cierta consistencia.
Hasta ahora el premio lo solían recibir comerciantes que afrontaban la jubilación, pero usted todavía continúa en la brecha.
Durante mi etapa se daba la circunstancia de que el premio iba a parar a personas con una dilatada trayectoria al frente de un comercio o local de hostelería. Pero yo soy todavía joven. Me dijeron que me habían elegido por la dedicación en las actividades del comercio. Parece que este año han cambiado de criterio o igual es que me consideran mayor.
¿Cómo recuerda su etapa al frente de la asociación Errenkoalde?
No recuerdo exactamente cuántos años he estado de presidente y vicepresidente, pero en la directiva de Errenkoalde, y trabajando activamente, empecé en el año 2000. Durante este tiempo he hecho todo lo que he podido hablando con las instituciones y organizando actos para potenciar el comercio. Y hoy en día creo que Errenkoalde es una asociación potente y reconocida en el pueblo.
¿En la última década cómo ha cambiado el comercio de la villa?
El comercio se está modernizando y profesionalizando. Vemos lo que hacen mejor en otras localidades y en otros comercios y eso lo intentamos aplicar a nuestro negocio. El comercio que hay hoy en día es más profesional y en eso sí que se ha avanzado.
¿Es Errenteria la capital de las compras en Oarsoaldea?
Errenteria hace unos años fue un referente más importante y yo creo que en estos momentos estamos dando el empuje para volver a serlo. Se está trabajando para ser la cabecera de comarca, pero todavía tenemos que mejorar más.
¿Cuál es su principal competencia?
Nuestra competencia real son dos ciudades tan importantes como Donostia e Irun. Tenemos que tratar de que la gente de la periferia en vez de allí se quede o se desplace a Errenteria. Competimos con otros pueblos, no con los centros comerciales. El porcentaje de ventas que nos quitan las grandes superficies de alrededor es algo asumido ya por el pequeño comercio local.
¿Qué supone tener un centro comercial como Niessen en pleno centro de la villa?
Hace una labor importantísima de atracción porque todas las personas que se desplazan de la periferia a Niessen, van al centro del pueblo, y a la vez que compran en el supermercado es inevitable que se genere un consumo alrededor. Nosotros siempre hemos estado a favor de Niessen, porque es una cosa positiva para el pueblo sin ningún tipo de duda.
¿Hacia dónde se dirige el futuro de los establecimientos locales?
Pienso que cada vez más somos pequeñas empresas comerciales. Ha habido unos años en los que no se entendía este punto de vista, pero cada vez queda más claro que el comercio es una empresa y que la gestión debe ser profesional. El camino del comercio, sin ningún tipo debe dudas, debe ser la profesionalización.
¿Con qué obstáculos se encuentran los comerciantes?
Es muy difícil para una persona que tenga muy cerca la jubilación tratar de cambiar su actitud y que intente guiar su negocio desde el punto de vista profesional. Sin embargo, la gente joven que se incorpora al comercio lo hace con otros criterios y principios. Cada vez se va incorporando más gente joven con esas ideas.
¿En Errenteria no hay problemas de relevo generacional?
Depende de la actividad. Supongo que habrá actividades que tengan ese problema. Para mí hay una cuestión fundamental: si la actividad es rentable y se ubica en un lugar rentable, el relevo generacional o el cambio de titularidad se hará sin problemas. El problema lo tienen esos negocios que no han sabido adaptarse a la demanda del público y se van apagando poco a poco.
¿Qué supuso para usted recibir el homenaje de sus compañeros?
Esta actividad, por la circunstancia que sea, va a más. Me acuerdo de que cuando empecé aquí en el año 87, con mucha voluntad y necesidad, pensé que charcuterías había muchas y que tenía que aportar algo que no hubiera para que los clientes vinieran aquí. Así que se me ocurrió lo de la comida preparada. En ese momento me tildaron de loco y hoy es el día en que la comida preparada se ha comido toda la charcutería. En navidades nos es imposible atender toda la demanda que nos llega.