Mutriku. La decisión del Ayuntamiento de Mutriku de adoptar medidas para hacer que los bares de la localidad cumplan con los horarios de cierre que tienen establecidos está dando mucho que hablar entre la ciudadanía y ha hecho saltar chispas entre los propios hosteleros.

El incumplimiento de los horarios por parte de algunos bares (principalmente los sábados por la noche) no es nuevo en el pueblo, pero los responsables municipales consideran que ha llegado el momento de terminar con la permisividad imperante hasta hace poco "porque en los últimos meses la situación se ha desmadrado bastante", explica la alcaldesa, Josebe Astigarraga.

Según cuenta, desde finales de agosto "media docena de vecinos han presentado denuncias por ruidos fuera de los horarios legales", por lo que "no nos ha quedado otra opción que la de tomar cartas en el asunto".

La Policía Municipal de Mutriku "carece de los efectivos necesarios" para comprobar el cumplimiento de los horarios de los establecimientos hosteleros las noches de los fines de semana.

Por ese motivo, desde el Consistorio de la localidad han pedido a la Ertzaintza que colabore realizando las comprobaciones oportunas "para que el Ayuntamiento pueda hacer cumplir, como le corresponde, el decreto del Gobierno Vasco relativo a horarios de cierre aprobado en el año 1997".

Como consecuencia de esa colaboración y de las actas levantadas por los agentes de la Policía autonómica, cuatro bares (Goitibehera, Bare Bare, Zubiaram y Loretxu) han sido denunciados en las últimas fechas por el Ayuntamiento de Mutriku, con el consiguiente malestar que ha ocasionado entre sus responsables.

De hecho, algunos de ellos han recurrido las sanciones interpuestas "porque no se corresponden con la realidad".

Es el caso del bar Bare Bare, que ha recibido una multa de 500 euros por incumplir, presuntamente, su horario de cierre el último sábado de agosto.

Desde el establecimiento niegan la acusación y esperan que su recurso sea aceptado y la sanción retirada.

Según cuenta una camarera del bar, "recibimos una llamada de advertencia de la Ertzaintza a las cuatro de la mañana, cuando ya habíamos cerrado y estábamos recogiendo, pero días más tarde nos llegó una multa del Ayuntamiento".

Los responsables del Zubiaram también han recurrido la sanción interpuesta recientemente desde el Consistorio local "porque los agentes de la Ertzaintza levantaron el acta dentro de nuestro horario de apertura", asegura Pablo, uno de los socios del bar.

Los vecinos Desde el Ayuntamiento de Mutriku consideran que las familias residentes en las inmediaciones del bar Goitibehera llevan "demasiado tiempo soportando ruidos a altas horas de la noche".

La alcaldesa califica la situación de "inadmisible" y recuerda que en apenas dos meses media docena de vecinos han presentado denuncias en el Consistorio.

Una mujer de avanzada edad residente en uno de los portales próximos al local reconoce el malestar existente entre los vecinos de los inmuebles colindantes. Prefiere mantenerse en el anonimato pero no duda al señalar que "ya era hora de hacer algo para acabar con esto porque los fines de semana aquí no hay quien duerma".

Quienes viven en otras zonas del pueblo no tienen especiales problemas de ruido las noches de las jornadas festivas "salvo en días muy puntuales".

Es el caso de Txoferra, un mutrikuarra de 60 años que reside en las inmediaciones del gaztetxe y que no ve problemas de ese tipo en el entorno de su vivienda.

Conoce la situación que se da en las inmediaciones del bar Goitibehera las noches de los sábados "por lo que se oye en la calle", aunque opta por no pronunciarse al respecto "porque yo no ando por ahí a esas horas y no he visto nada".

Eso sí, este vecino también tiene sus propias quejas relacionadas con los ruidos nocturnos.

"Los que a mí me molestan son los que andan con las motos a cualquier hora de la noche. No hay derecho a eso y ahí también habría que tomar medidas", se lamenta dejando a un lado el buen humor que comparte con su cuadrilla durante el txikiteo.

En cualquier caso, el Consistorio mutrikuarra no está dispuesto a ceder (al menos a corto plazo) en su intento de hacer cumplir de manera estricta los horarios de cierre de los bares.

Durante el denominado horario de invierno (ya vigente) los locales que cuentan con una mayor permisividad pueden permanecer abiertos los fines de semana "hasta las 3.00 de la madrugada, pero no más".

Según la alcaldesa, "a los hosteleros se les dio un voto de confianza durante las últimas fiestas del Kalbario para que pudieran ampliar un poco más su horario de cierre; lo aceptaron pero luego algunos bares estuvieron abiertos hasta las ocho de la mañana y eso no es lo que se había acordado".

Preguntada sobre la posibilidad de reconducir la situación y llegar a un acuerdo con los hosteleros, Josebe Astigarraga asegura que, "de momento, se les va a exigir que cumplan la normativa vigente y cuando se tranquilice todo ya se verá qué hacer".

Los hosteleros La asociación de hosteleros Tranpan-Gora de Mutriku reconoce que algunos de sus asociados "han abusado" demorando el cierre de los establecimientos varias horas más de lo permitido.

Aún así, desde la agrupación consideran que con la decisión de sancionar a quienes no cumplan estrictamente los horarios "el Ayuntamiento se limpia las manos" y abogan porque haya "un cierto margen", esto es, "que no se pase de un extremo de total permisividad a otro de total rigidez".

Los hosteleros creen que las medidas adoptadas por el Consistorio para hacer cumplir los horarios a rajatabla "no benefician al pueblo porque ponen en peligro la viabilidad y la continuidad de más de un negocio".

Además, observan "con mucha pena" el hecho de que numerosos jóvenes y cuadrillas de la localidad han comenzado a desplazarse a otros municipios del entorno las noches de los fines de semana "cuando habíamos conseguido crear un ambiente bonito y la gente se quedaba aquí a gusto".

A su entender, "cada vez son más las personas que cogen el coche para irse de fiesta a otros sitios porque aquí, al cerrarse pronto los bares, la juerga se les queda corta".

En este sentido, desde la asociación Tranpan-Gora alertan del riesgo que conlleva coger el coche para ir de fiesta a otros pueblos e inciden en la necesidad de llegar a un acuerdo "entre todos" para reconducir la situación.

Escenario de futuro Los hosteleros de Mutriku son conscientes de que "no va a ser nada fácil" darle la vuelta al panorama existente en la actualidad. Saben que la situación "no se va a solucionar en dos días" y abogan por "tomar las cosas con calma" para que cuando el ambiente recupere la normalidad se pueda llegar a un acuerdo "satisfactorio para todas las partes implicadas".

Así, desde la asociación Tranpan-Gora apuestan por empezar "cumpliendo los horarios" y, a partir del año que viene, iniciar un proceso de diálogo con los vecinos y el Ayuntamiento "para que esto no sea una guerra permanente que no beneficia a nadie".

Por su parte, la alcaldesa de la villa costera, Josebe Astigarraga, incide en que la medida de hacer cumplir los horarios de cierre no afecta de manera exclusiva a los establecimientos con licencia para cerrar más tarde.

Según sus palabras, "la decisión afecta por igual a todos los locales de hostelería, incluidos aquellos como el Batzoki, que cuentan con una clientela acostumbrada a cenar y a quedarse después un par de horas tomando alguna copa".

Llegada la hora de cierre, esos establecimientos "también tendrán que decir a sus clientes que es hora de marcharse". De lo contrario, la llegada de una sanción económica parece evidente.

Visto lo visto, la relación entre el Consistorio mutrikuarra, bares y vecinos afectados por los ruidos a altas horas de la noche no tiene pinta de poder arreglarse en las próximas semanas.

Todas las partes coinciden al vaticinar que el acuerdo "es necesario y tendrá que llegar, aunque sea a medio o largo plazo".

Mientras tanto, los agentes de la Ertzaintza seguirán visitando los establecimientos hosteleros (sobre todo, las noches de los fines de semana) y, en el caso de que alguno de ellos incumpla los horarios que establece la normativa vigente, levantarán el pertinente acta que derivará en la imposición de una sanción económica por parte del Ayuntamiento.

Eso sí, las jornadas festivas especiales "como la próxima Gaba Beltza" los hosteleros seguirán teniendo un mayor margen para abrir sus negocios. Algunos de ellos podrán permanecer abiertos hasta las cinco de la mañana "pero eso también les parece poco", explica la alcaldesa con cierta resignación.