Tener una editorial de nicho, hoy en día, implica enfocarse en un público específico, crear contenido de alta calidad y construir una comunidad fiel. Desarrollada de una manera correcta, puede convertirse en una estrategia gratificante tanto para los editores como para los lectores. No obstante, el peso de la rentabilidad es una losa difícil de cargar a cuestas.
De ello nos habla Marina Beloki, editora de Continta me tienes, donde publican libros transfeministas y disidentes. Ella misma dice: “La editorial la dirigimos un duo de bolleras cis, transfeministas, nacidas en el Madrid de los 80”. A su discurso se une Muns Brunet, editora de Consonni, una editorial bilbaina en constante mutación, que definen “como una criatura andrógina y policéfala, con los feminismos y la escucha como superpoderes”.
Este pasado mes de septiembre, ambas participaron en la mesa redonda La resistencia, dentro de las XII Jornadas El autor en el nuevo mundo, que se llevaron a cabo en la capital vizcaina.
Contando la historia de su fundación, Beloki explica que en 2015 abrieron la colección más emblemática que tienen en Continta me tienes, La pasión de Mary Read, que está dedicada a la publicación de feminismos, temática LGTBIQ+ y no monogamias. “Nos adelantamos un poquito a esa revolución feminista que por suerte hemos vivido en algunos países occidentales. Anticiparnos nos ha hecho ir abriendo líneas y poder asegurarlas durante estos diez años. Es por lo que más se nos conoce”, relata la autora.
Respecto a Consonni, Brunet explica que se definen como una editorial interdependiente ubicada en el barrio de San Francisco de Bilbao. También se trata de “un proyecto viejoven”, pues surge de una fábrica abandonada en la que se desarrollaban las artes plásticas hace casi treinta años. A día de hoy conservan el nombre y llevan a cabo una labor más dedicada a la producción.
Dice que “Consonni es una criatura mutante” que ha ido adaptándose a través de “la escucha y los feminismos” durante treinta años, trabajando siempre en cultura, un ámbito que considera “muy precario, ya sea por el arte o la edición”. El salto a llamarse “editorial” lo dan en 2019, cuando publican la colección El origen del mundo.
Una editorial de nicho: ¿convive o sobrevive?
Brunet tiene bastante claro cuáles son las principales dificultades a las que hay que enfrentarse en una editorial de nicho: “Nuestro día a día es muy precario, como es en cultura. Para nosotras, la editorial (Consonni) no deja de ser un espacio de supervivencia. Las editoriales no dejamos de ser la cara principal de todo un sector con mucha precariedad”.
Según Beloki, la clave para la supervivencia de Continta “es no perder la esencia”. Ve muy importante observar qué decisiones toman las lectoras, “sobre todo cuando no escogen los libros que tú con toda tu ilusión y tu fe has decidido editar”.
Muns Brunet destaca que es muy diferente cuando se publica en euskera, por ejemplo, ya que el primer libro original que han publicado, Beste zerbait de Danele Sarriugarte, ha recibido una atención muy diferente por parte de los medios de comunicación vascos, en comparación con los estatales.
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La lucha de las editoriales independientes frente a los monopolios
En palabras de la editora de Consonni, hay un problema muy grande desde la edición independiente. Les gusta visibilizar lo que ocurre cuando hay un monopolio: “Esa bibliodiversidad, que es la vida en sí y va en contra de ese pensamiento único que puede llevar a los fascismos y a su auge, es la que les hace frente y es fundamental. Se representa mucho desde las propias editoriales independientes, peleando de una forma muy precaria día a día”.
Incide en la importancia del trabajo artesanal y en la apuesta por la diversidad y el apoyo mutuo, pues lo considera la clave de la supervivencia de este tipo de editoriales. También considera muy relevante la participación de las lectoras: “A la hora de comprar un libro, hay que tomar conciencia de dónde se compra”.
INCLUSIÓN
Muns Brunet, la editora de Consonni, siente que son privilegiadas respecto al contenido y las relaciones que establecen. “Algo que en Consonni y en Continta me tienes nos atraviesa son los feminismos y los transfeminismos, no solo en el contenido, sino también en las prácticas”.
También lo lleva al ámbito de las lenguas. “Traducimos mucho de lenguas minorizadas como el catalán, el euskera y el gallego al castellano”. La también autora incide en la importancia de amplificar el pensamiento raro, voces disidentes... “Para nosotras es muy importante que nuestro catálogo editorial no sea hegemónico, salir de la imagen de hombre blanco cis heterosexual”, puntualiza. Cree que ahí encontramos comunidad. Para ella, “que Consonni sea una cooperativa basada en la economía social y solidaria dentro del sistema capitalista, heteropatriarcal, ya es poner en práctica cómo puede ser una alternativa”.
No todo está perdido en el mundo editorial
Pese al incierto horizonte que les espera a dichas editoriales, Beloki recuerda: “Estamos en una isla de Europa en la que todavía existe el precio fijo del libro, en la que podemos editar. Las autoras pueden escribir libros que no se censuran, en las que el mercado nos ha comido absolutamente todo lo que no es mainstream, entonces somos unas privilegiadas... Creo que proyectos como el nuestro, desde un punto de vista activista y político, están siendo un lugar donde las lectoras pueden imaginar un futuro”. Considera que muchas de sus lectoras necesitan consuelo y sentirse acompañadas en “su rareza”. Incide en ello: “Todas ahora mismo nos sentimos vulnerables y estamos buscando refugios desde los que poder imaginar”.