Reto superado. Yosu Vázquez, Javier Rojas y casi todos los que les han acompañado en esta travesía han coronado el Kilimanjaro, la cima de 5.895 metros de altura sobre el nivel del mar que está en Tanzania, en una experiencia que van a recordar eternamente.
Tal y como rememora Yosu Vázquez, en 2022 ya se metieron en una expedición donde había más gente y él iba como guía de Javier Rojas, deportista gasteiztarra afiliado a la ONCE.
“Ahí surgió la primera idea, aunque nos dimos cuenta estando allí que ni el recorrido, ni el grupo, ni el sistema de guiado que íbamos a usar era el adecuado para la ruta y el momento, y no pudimos hacer cima por cuestiones externas a nosotros”, señala Vázquez, que profesionalmente se dedica a hacer de guía de montaña. Por eso lo aplazaron para este año, en el que ha conseguido hacer cima “prácticamente todo el grupo”.
En esta ocasión, no han ido los 24 de la primera vez. Se han animado “cinco personas con discapacidad visual, de las cuales han ascendido cuatro”, y en total han sido diecisiete personas. “Hemos subido quince”, explica Rojas con una sonrisa, que asegura que ambos se conocen ya tan bien que no necesitan ni hablar para entenderse.
Se han convertido en familia. “Ya tenemos una conexión bastante fuerte”, explica Rojas. ¿Y cómo ha sido esta experiencia para este aventurero, a quien le apasiona la montaña e hizo incluso una expedición ártica sin barras direccionales? “La adrenalina creo que la gasté toda en el Kilimanjaro.
Me costó, el último trozo fue brutal. Se nota la altura a partir de 3.700 metros”, señala. Y en la montaña reconoce que “sale lo bueno, lo malo... Tenemos la suerte de que la gran mayoría de montañeros es gente buena, y entre unos y otros te vas apoyando. Cuando estás flaqueando te apoyan, cuando flaquea el de al lado le apoyas tú... Me gusta más la subida y bajada que cuando llegas a cima”, afirma.
Y nos brinda un consejo: “Da igual que vayas a Olarizu. A la montaña hay que tenerle respeto”. Porque la montaña es sanadora, pero siempre hay que hacer los ascensos con cabeza, y de esta aventura nos comparten muchas anécdotas. “Ha habido muchos momentos especiales que han dejado la cima en un segundo plano. Yo cuando me puse como guía de montaña especializado en personas con discapacidad y generé Senderos Accesibles, mi objetivo era hacer la montaña inclusiva y que todos participáramos de esas actividades”, señala Vázquez.
Tanto es así, que en esta travesía el grupo ha sido “muy especial. Para 17 personas que íbamos, se necesitaron entre 30 y 35 porteadores para llevar el material, ocho guías locales, cocineros... Todos han tenido una actitud muy buena con nosotros”, afirma este guía, y precisamente a los porteadores al bajar les hicieron un pequeño homenaje, sacando la comida que llevaban, cantando todos juntos y haciendo de aquella velada una tarde-noche inolvidable.
“Fue todo muy mágico. Casi todos llorando, porteadores, guías, nosotros...”, añade Rojas. “Te das cuenta de que esto es la verdadera inclusión. Aquí no hay porteadores, ni guías, ni clientes, ni diferencias por sexo...”, resume Vázquez. Porque un buen grupo de mujeres les ha acompañado en esta aventura, dos en el grupo de guías tanzanos.
“Dos mujeres que siguen luchando en un mundo machista como es el de la montaña y más en un país como Tanzania que en algunos aspectos sus costumbres siguen infravalorando a la mujer”, relata Vázquez en su blog, al tiempo que nos cuenta que “éramos todos completamente iguales. Eso fue lo que le dio sentido a la expedición, lo que le da sentido a mi objetivo, que es Senderos Accesibles”.
¿Qué debemos llevarnos en la mochila para una aventura?
Javier Rojas y Yosu Vázquez diferencian la mochila física y la emocional al responder a esta pregunta. Aunque en ambos casos lo tienen claro. A Yosu, en la mochila física no le pueden faltar los imprescindibles, material adecuado siempre. “Agua, ropa de abrigo, algo de comida...”. Y en la emocional, que todos la llevamos, asegura que muchos llevan ilusión, emoción, sueños...
“Algunos llevan mucha carga que en cuanto llegas a la cima o bajas, abres la mochila emocional y todas esas cargas, problemas del día a día, por un momento parece que desaparecen”. Para Javier Rojas, la mochila física tiene que tener el material técnico, “no puede faltar”. Y en la emocional, “llevo todos los problemas. Algunos los liberas. Otros te das cuenta de que son tonterías, que no merece la pena estar enfadado por tonterías”, afirma.
Senderos Accesibles, una iniciativa ideal que ayuda a cumplir sueños
El futuro está lleno de aventuras por vivir, deseos por cumplir y retos que superar
Yosu Vázquez, apasionado de la montaña, ha creado Senderos Accesibles con la intención de hacer la montaña lo más inclusiva y segura posible. “La montaña, la naturaleza, es un espacio en muchos casos imposible e inaccesible para las personas con diversidad funcional. Te propongo romper esa barrera y disfrutar de la montaña en total inclusión, para todos, sin marcar diferencias con o sin discapacidad. Con las herramientas, los conocimientos y el equipo adecuado sé que es posible”, explica en su web en ese sentido.
Tras esta expedición al Kilimanjaro, han terminado también un proyecto con la ONCE, llamado Once cimas con la Once, y la última la hicieron el día 11, en una aventura que les llevó al monte Gorbea. “Yo siempre suelo lanzar actividades para hacer en fin de semana, de varios días o un día, y Javi siempre se apunta a todo”, sonríe Yosu Vázquez. “Yo lo que quiero es que la gente se anime, que se pueden hacer muchas cosas”, afirma en definitiva Javier Rojas, que reconoce que en esta aventura, la del Kilimanjaro, la inclusión ha sido absoluta.
