Siempre ha tenido “una curiosidad infinita” por aprender todo tipo de técnicas mixtas y, cuando descubrió las posibilidades de “mezclar acuarela con pirograbado y con flores preservadas, todo ello usando como lienzo una rodaja de madera”, fue, junto con sus inicios en el bellypaint, -que consiste en hacer una obra de arte sobre las barriguitas de las embarazadas-, un antes y un después para ella. “La primera barriguita que pinté fue la de una de mis amigas en 2017.
Quería regalarle algo único y aparecí en su casa con pinturas y un pincel”, rememora Marta Gutiérrez Soto, una óptico-optometrista de Vitoria-Gasteiz que disfruta del arte en todas sus formas desde que sus padres le apuntaron desde bien pequeñita a clases de dibujo. “Nunca he parado de pintar, pero no fue hasta 2020, cuando empecé a dedicarle muchas horas, cuando di un salto para convertir mi hasta entonces hobby en una profesión”, advierte.
Cuando Marta empezó esta andadura, se dio cuenta de que no valía solo con saber pintar. “Desde que empecé con este pequeño proyecto, he conseguido avanzar y darme a conocer gracias a haber hecho mucha formación, tanto presencial como online, y a meter muchas horas, tanto de práctica como de gestión, para tener una base clara. También es importante no meterte prisa y no compararte con otras personas. Hay que disfrutar del camino y creer en lo que hace una misma”, indica.
Y, en este camino, las redes sociales se convierten en una herramienta muy valiosa. “Sin duda, mi Instagram ha sido un pilar fundamental para darme a conocer y dar a conocer mi trabajo porque es verdad que las redes sociales te permiten llegar a gente que, de no ser por ellas, sería imposible llegar”, indica.
Aunque matiza: “no es que sea imposible, pero sí muy difícil hacerte un hueco en el mundo del arte sin ayuda de las redes sociales. Y no hablo solamente para darte a conocer y dar a conocer tu trabajo, sino también en cuanto a crecimiento personal”, sostiene. En su caso, gracias a Instagram ha conocido “a gente maravillosa” que le ha ayudado a tener visibilidad y a mejorar sus creaciones con sus consejos.
Un futuro de optimismo
Esta óptica-optometrista tiene un consejo de gran importancia para toda persona que, como ella, decida sumergirse en esta disciplina. “La constancia es clave y siempre hay cosas por aprender. Incluso cuando creas que una técnica la tienes dominada, siempre se puede mejorar para dar lo mejor de uno mismo”, destaca. Ella, por ejemplo, cada año se fija como propósito aprender algo nuevo e intenta añadirlo en su día a día. “A veces es algo que me encanta y otras veces no, pero ese proceso de aprendizaje es vital para avanzar y mantenerte activa”, subraya.
En su opinión, la clave para triunfar es “el esfuerzo y la constancia” de la que hablaba antes. “Mucha gente dice que pintar bien es un don, pero aunque puedas tener más o menos facilidad, hay que practicar mucho para mejorar e intentar dar siempre lo mejor de uno mismo. Miro mis primeros proyectos y los comparo con los que he realizado este último año y me siento orgullosa de todo lo que he progresado”, argumenta.
Si quieres participar en esta sección, escribe a igandeaplus@ntm.eus
Así, Marta Gutiérrez Soto encara el futuro “con mucha ilusión”, al ver todo lo que ha logrado hasta ahora y lo que aún le queda por lograr. “Además, por el camino, estoy conociendo a gente maravillosa, que me apoya y que comparte mi trabajo porque cree en mí, a veces incluso más que yo misma. Hemos creado una comunidad muy bonita y no puedo estar más agradecida”, asegura. Ahora, tiene muchas ganas de ver lo que le depara este 2024, exclama con alegría.
Arte natural sobre una rodaja de madera
La madera es un material noble y que sirve de lienzo natural para hacer una obra de arte. Eso sí, antes de empezar a dibujar sobre ella, es muy importante tratarla para que no sea porosa, un proceso que suele llevar varios días. La mayor parte de las personas que se ponen en contacto con Marta Gutiérrez Soto, suelen encargarlas como regalo para el nacimiento de un bebé o como porta-alianzas para una boda, cuenta. “Es indescriptible la sensación de saber que un pedacito de mí ha formado parte de un momento tan importante como una boda y ahora está decorando el salón de una casa o la habitación de un bebé”, explica emocionada.
De entre todas ellas, recuerda con especial cariño a una pareja de Barcelona que le pidió para su boda una rodaja ambientada en la temática de World of Warcraft. “Para mí supuso todo un reto porque no tenía ni idea de cómo abordarlo. La novia quiso ponérmelo fácil, pero yo me lo tomé como un reto personal, ya que me salía totalmente de mi zona de confort, y acabé recreando sus avatares en el porta-alianzas. No tengo palabras para expresar lo que sentí al oír su audio al mandarle el resultado final y ver las fotos de su boda con la rodajita de madera. Para mí fue un orgullo el haber dicho que sí a ese proyecto”, narra.
Entre la gran variedad de técnicas que se pueden emplear, la más demandada por sus clientes es la mixta, en la que combina los nombres pirograbados, para lo cual quema la superficie de la madera, y luego añade detalles y dibujos que pinta en acuarela. El tiempo total que emplea en personalizar una de estas rodajas depende del tamaño y grosor de la madera, la complejidad del diseño y la técnica empleada.
El ‘bellypaint’, una forma de arte durante el embarazo
El bellypaint es una técnica artística muy especial, ya que supone un recuerdo indeleble para la modelo, una madre embarazada que espera pronto la llegada de su bebé. Su vientre pasa a ser objeto de arte decorado con una obra personalizada que habitualmente lleva incorporado el futuro nombre de la criatura. Su elaboración, tal y como nos explica Marta Gutiérrez Soto, puede llevar alrededor de una hora y media pintando el diseño que haya elaborado previamente. “Intento adaptarlo para que no se alargue mucho, ya que el objetivo es que la futura mamá disfrute del momento, sin que llegue a encontrarse incómoda”, advierte. “Mucha gente piensa si merece la pena por algo efímero, ya que una vez se duche, el dibujo desaparecerá. En mi opinión, no solo es el dibujo, sino la experiencia que viven tanto la madre, como el padre, como el bebé, ya que es asombroso ver su movimiento con cada pincelada”, cuenta muy ilusionada.
Si quieres probar a iniciarte en esta técnica necesitarás pinturas de maquillaje al agua, de larga duración y alta cobertura. “Cuanto mejor es la calidad de los materiales que empleas, mejor es el resultado”, asegura Marta. Después de adquirir el material necesario, es fundamental “mantener un primer contacto con los padres, sobre todo con la mamá, porque no solo es un momento en el que pensamos en el dibujo que le voy a hacer en la tripita, sino que ya estamos creando un vínculo. De este modo, cuando voy a su casa para pintarle, ya existe una conexión”, destaca. Esto es muy importante porque es un momento muy íntimo y el objetivo es que se encuentren lo más relajados posibles y disfruten del momento. Lo primero que hace Marta es encajar el boceto elegido en la tripita de la futura mamá y después lleva a cabo esta obra artística, que luego es inmortalizada bajo un objetivo fotográfico.