El ‘Nobel de la Gastronomía’ cumple una década demostrando que cocinar transforma vidasEFE
El Basque Culinary World Prize se ha consolidado, desde su creación en 2016, como uno de los reconocimientos más influyentes del panorama gastronómico internacional. Impulsado por el Gobierno Vasco y el Basque Culinary Center, el galardón nació con la vocación de demostrar que la gastronomía puede ser una fuerza transformadora capaz de incidir en la educación, la integración social, la economía local, la sostenibilidad y la innovación. No premia platos ni técnicas, sino personas que entienden la cocina como herramienta de cambio y que, desde distintos contextos culturales, lideran proyectos capaces de mejorar la vida de comunidades enteras. Con un jurado compuesto por algunos de los chefs más prestigiosos del mundo -como Joan Roca, Michel Bras o Pía León, entre otros, - a logrado posicionarse como un referente global, conocido en ocasiones como el Nobel de la gastronomía.
El trofeo del BCWP.
¿Por qué es tan especial?
El premio es parte de la estrategia “Euskadi‑Basque Country”, un programa del Gobierno Vasco que busca proyectar al territorio como modelo de innovación, emprendimiento y excelencia culinaria. Al mismo tiempo, el BCC, representa una apuesta por la formación, la investigación y el impacto social de la cocina. La idea con la que nació el premio es: mostrar que la gastronomía puede ser una fuerza de cambio.
‘La Cocina’
La edición de 2025 ha coronado a Leticia Landa, cuya trayectoria encarna a la perfección el espíritu del premio. Landa participa en La Cocina, un proyecto nacido en San Francisco que acompaña, forma e impulsa a personas con talento culinario procedentes de comunidades en situación de exclusión. Su misión es clara: ofrecer las herramientas necesarias para que estos emprendedores puedan integrarse formalmente en el sector gastronómico, abrir negocios viables y convertirse finalmente en parte activa del tejido productivo de la ciudad. Hoy, la red creada alrededor de La Cocina incluye cerca de un centenar de proyectos incubados o graduados, muchos de ellos liderados por mujeres migrantes que encontraron en este espacio una vía para transformar su vida a través de la cocina.
Historia de los ganadores
La historia del premio va unida a la de sus ganadores, cuyas iniciativas demuestran que la gastronomía puede ofrecer respuestas a los grandes retos. Así lo evidenció María Fernanda Di Giacobbe, la primera premiada en 2016, al impulsar en Venezuela el proyecto Cacao de Origen, centrado en la formación y el emprendimiento de mujeres vulnerables en torno al cacao. En 2019, el estadounidense Anthony Myint demostró que la sostenibilidad podía convertirse en motor gastronómico gracias a iniciativas como ZeroFoodprint, orientadas a reducir la huella de carbono del sector.
Los ganadores más recientes han ampliado el espectro de impacto del BCWP. En 2021, el chef español Xanty Elías fue premiado por su proyecto educativo Los Niños se Comen el Futuro, que integra la cultura gastronómica en la enseñanza primaria para fomentar hábitos saludables y valores de sostenibilidad desde la infancia. La labor de Fatmata Binta, galardonada en 2022, acercó al mundo la riqueza de la cultura fulani ( la tradición culinaria de la mayor tribu nómada del mundo) a la vez que empoderaba a mujeres y niñas de comunidades nómadas en África Occidental. En 2023, la turca Ebru Baybara Demir mostró que la cocina puede servir para reconstruir el tejido social en territorios marcados por crisis migratorias y desastres naturales, mientras promovía la agricultura sostenible y la integración de mujeres refugiadas. Ya en 2024, el español Andrés Torres, periodista de guerra y chef, recibió el premio por su trabajo al frente de Global Humanitaria y por sus intervenciones de emergencia en zonas de conflicto y comunidades en crisis, demostrando que la cocina también puede salvar vidas.
Más que un premio
Todos estos proyectos, desde continentes y realidades distintas, comparten una misma convicción: la gastronomía puede ser un vehículo poderoso para transformar entornos, generar oportunidades y ofrecer futuro. Que este premio nazca y se proyecte desde Euskadi no es casualidad. Tierra de tradición culinaria y referente internacional. El BCWP enseña cómo la gastronomía puede contribuir a los grandes desafíos de nuestro tiempo, y cómo detrás de cada proyecto hay una historia humana.