La gilda no necesita presentación. Durante décadas ha sido y es uno de los pintxos más característicos de Donostia, y es difícil encontrar una barra de bar donde no tenga un lugar protagonista.
Sin embargo, mucha gente desconoce que su origen está en el centro de Donostia. Casa Valles inventó la gilda hace casi 90 años en la capital guipuzcoana. Simplemente se les ocurrió mezclar una anchoa con piparra y aceituna, y dieron con la llave de lo que sería una auténtica revolución gastronómica.
Este pintxo nació en la década de 1940 en este bar donostiarra, donde la gente acompañaba su consumición con aceitunas, anchoas y encurtidos.
Se trata del primer pintxo con nombre propio, y actualmente es uno de los más populares no solo de Donostia, sino de prácticamente todo es Estado.
El término 'Gilda'
El nombre del pintxo también tiene su explicación. En aquella época en los cines se proyectaba la película Gilda, cuya protagonista escandalizaba a la sociedad de dicha época por ser "verde como la aceituna, salada como la anchoa y picante como la guindilla", explicó recientemente el influencer Iñaki Ibaibarriaga, popular por protagonizar los vídeos de Guk Green.
Cocina vasca: tradición e innovación
Más allá de las gildas, el conjunto de la gastronomía vasca es mundialmente reconocida por su mezcla única de tradición, innovación y respeto por los ingredientes de calidad.
Basada en productos frescos, la cocina vasca combina sabores auténticos con técnicas culinarias que han sido transmitidas de generación en generación.
Platos emblemáticos como el bacalao al pil-pil, el marmitako o las kokotxas en salsa verde son ejemplos del amor por la cocina tradicional, mientras que el movimiento de la nueva cocina vasca, liderado por chefs como Juan Mari Arzak o Pedro Subijana, ha llevado esta gastronomía a niveles de excelencia internacional.
En el corazón de esta rica cultura culinaria se encuentra Donostia, un destino que destaca no solo por su belleza, sino también por ser la capital gastronómica de Euskadi.
Restaurantes de prestigio
La ciudad alberga una impresionante concentración de restaurantes galardonados con estrellas Michelin, como el reconocido Akelarre o Arzak, donde la creatividad y la técnica se combinan para ofrecer experiencias únicas.
Sin embargo, el verdadero espíritu de Donostia se encuentra en sus famosos pintxos, pequeñas obras de arte gastronómicas que adornan las barras de los bares. Desde las clásicas gildas hasta las innovaciones más modernas, los pintxos representan la esencia de la cocina vasca: calidad, sabor y pasión.
Para los amantes de la gastronomía, Donostia no es solo un lugar para comer, sino para celebrar el arte culinario en su máxima expresión. Su mezcla de tradición y modernidad hace de esta ciudad un destino imprescindible para quienes buscan deleitarse con la riqueza y diversidad de la cocina vasca.