Mito o realidad: ¿hay que mojar las patatas antes de freírlas?
Aunque no es obligatorio hacerlo, al mojar las patatas el sabor cambia
Cuando se trata de preparar unas buenas patatas fritas, todos tenemos nuestras propias recetas o trucos heredados de familiares.
Sin embargo, uno de los debates más comunes en torno a este alimento tan universal es si conviene o no mojar las patatas antes de freírlas. ¿Es un paso esencial o simplemente un mito sin fundamento?
El objetivo: patatas crujientes por fuera y suaves por dentro
Lo que todos buscamos en unas patatas fritas perfectas es ese contraste entre el exterior dorado y crujiente y el interior suave y tierno. Para lograrlo, no solo importa el tipo de patata o el aceite usado, sino también el tratamiento previo que se les da antes de freírlas. Aquí entra en juego el tema del remojo.
Remojar las patatas cortadas en agua fría antes de freírlas no es un capricho sin sentido. Al hacerlo, se elimina parte del almidón superficial que contienen. El almidón es una sustancia que, al contacto con el aceite caliente, tiende a formar una capa pegajosa que puede impedir que las patatas se doren de manera uniforme y adecuada. Además, un exceso de almidón puede hacer que las patatas se adhieran unas a otras en la sartén o freidora.
Además, al eliminar almidón, se reduce la posibilidad de que las patatas se quemen rápidamente en el aceite, permitiendo que se cocinen mejor por dentro sin que se pasen por fuera. También hay quienes afirman que este paso ayuda a evitar que el aceite salpique demasiado.
¿Agua fría o caliente?
La mayoría de expertos recomienda usar agua fría para el remojo, e incluso dejar las patatas en remojo durante 30 minutos o más, o hasta una hora si se desea un resultado más notable. Algunos cocineros van un paso más allá y las lavan varias veces hasta que el agua sale clara, asegurándose de que se ha eliminado la mayor cantidad posible de almidón.
En contraposición, hay quienes abogan por usar agua tibia o incluso por realizar un blanqueado rápido (una cocción corta en agua caliente) antes de freír.
Esta técnica ayuda a iniciar la cocción interna, lo que puede ser beneficioso para obtener una textura más tierna en el interior. Sin embargo, este método es más común en restaurantes y cocinas profesionales.
¿Es un paso obligatorio?
No es obligatorio. Se pueden freír patatas directamente tras pelarlas y cortarlas, y muchas personas lo hacen con buenos resultados. Sin embargo, si se busca un resultado más profesional, crujiente y menos aceitoso, el remojo previo marca la diferencia. Además, si se quiere congelar patatas para freírlas más adelante, este paso es altamente recomendable para evitar una textura gomosa.
El truco de Arguiñano para conseguir unas patatas fritas perfectas
Remojar las patatas antes de freírlas no es un simple mito, sino una técnica con fundamentos científicos que puede mejorar significativamente el resultado final. Aunque no es imprescindible, quienes lo han probado suelen repetir el proceso. Así que si quieres llevar tus patatas fritas al siguiente nivel, prueba a darles un buen baño de agua fría antes de lanzarlas al aceite caliente.