El excelso estudio está escrito a seis manos, obra de Alfonso de Otazu –fallecido durante el proceso de edición–, Juan Vidal Abarca e Igor Basterretxea. Este último, historiador cosecha de Elorrio, 1970, atiende a ON y conoce muy bien la villa donde desde décadas es veraneante. Cada una de las líneas del tomo sorprende, es una curiosidad. 

Veinte años después y sin su primer impulsor, Alfonso de Otazu, fallecido, ve la luz el libro Labastida. Esplendor de una villa alavesa y de sus principales familias cosecheras durante los siglos XVII y XVIII. ¿Usted y Juan Vidal-Abarca se lo dedican a su figura?

El libro es un homenaje póstumo a la figura de Alfonso. Al comienzo del libro, para su dedicatoria, hemos recurrido a una inscripción que, todavía hoy día, se encuentra en la fachada lateral del palacio Areta Tosantos y que reza así: “No hay cosa que más despierte, que dormir sobre la muerte”. Este enunciado, de filosofía tan barroca, representa magníficamente lo que fue su personalidad inquieta, esforzada y trabajadora.

La portada del libro. Cedida

En él ilustra que en la villa alavesa se llevó a cabo el primer vino del estado mediante el método Burdeos. ¿Cómo fue, brevemente?

Sencillo: un clérigo ilustrado, Manuel Quintano, viaja a finales del siglo XVIII a Burdeos y realiza una labor de espionaje trayendo el método a Labastida. Sin embargo, otras personas están junto a él o detrás de él configurando una auténtica sociedad de familias. Así, sus dos hermanos: Diego, el militar, y José, el más joven, que tras una carrera eclesiástica frustrada enlaza con los Amurrio Salvatierra. Su cuñado Andrés de Tosantos –casado con Lorenza–, abogado de los Reales Consejos y caballero de la orden de Carlos III. Y los Albiz, con Ramona Norberta a la cabeza. Sin olvidar a Manuel Quintano Bonifaz, tío de los tres hermanos, quien como Inquisidor General y hasta confesor Real tiene una gran influencia en la familia y sobre todo en su sobrino homónimo.

"Labastida era una villa de importantes cosecheros en los siglos XVII y XVIII”

Leo que un adelantado matrimonio, ya para finales del siglo XVIII, abrió la primera gran bodega para elaborar vino al método de Burdeos. 

Así es, una mujer emprendedora de nombre Ramona Norberta de Albiz –familiar paralela a los Quintano– venderá varias propiedades para levantar, junto a su marido bilbaíno, Rafael Vitoria de Lezea, la primera gran bodega –ahora que están tan de moda con arquitectos célebres– u oficina del estado para elaborar, expresamente, vino al modo de Burdeos con todo lo necesario para ello.

Por sus palabras entiendo que la figura de la mujer en aquel tiempo se ha infravalorado. ¿Eran aquellas también cosecheras y propietarias de sus haciendas?

Totalmente. Todas aquellas mujeres conocían y aceptaban cuál era su rol. Eran conscientes de que sus maridos cosecheros normalmente fallecían antes que ellas y, en consecuencia, estaban preparadas para hacerse cargo de las haciendas y de los hijos/as menores. María Magdalena Quintano, Vicenta Quintano, Ramona Norberta de Albiz o Josefa de Ocio son sólo algunos ejemplos de ello en Labastida.

Ha consultado como bibliografía más de 60 libros, pero, al mismo tiempo, nada menos que unos 360 documentos investigados en un total de 12 archivos diferentes.

Sí. La verdad que, y está mal que lo diga uno mismo, es un trabajo de investigación serio y profundo basado, principalmente, en documentación de primer nivel, es decir, de la época que se estudia. Pretende ser una obra de referencia para cualquier próxima investigación sobre Labastida, pero también para cualquier estudio sobre el vino en la Edad Moderna de toda la Rioja Alavesa. 

"Quiere ser una obra de referencia para cualquier investigación sobre Labastida o sobre el vino en la Edad Moderna”

El subtítulo enfatiza el esplendor de Labastida hace 400 años. ¿Lo mantiene hoy en día? ¿Debía el municipio revalorizar lo que tiene o conserva?

Labastida sigue siendo un municipio importante a nivel de la Rioja Alavesa tanto por sus vinos como por su patrimonio, lo que atrae no solo a un turismo de invierno, pasajero o temporal, sino también a otro muy fiel y consolidado que visita la villa en diferentes puentes, Navidades, Semana Santa y, cómo no, verano. Lo que ahora debe revalorizarse es la importancia de la villa en la historia del vino. Colocar a la villa y el nombre de Labastida donde le corresponde, es decir, como pionera en la elaboración del vino moderno. 

Recoge una foto del maravilloso, pero desaparecido, convento franciscano de San Andrés de Muga. ¿Qué puede decir sobre él?

El hecho de que una orden mendicante como la de los franciscanos decidiera levantar un convento en Labastida es representativo del dinero que se movía en la villa. Los franciscanos levantaban conventos siempre en villas comercialmente ricas. Al fin y al cabo, su objetivo era recibir sumas importantes o donaciones mediante obras pías, testamentos o la fabricación de capillas.

¿Por qué Labastida era un pueblo de armas tomar? 

Porque Labastida era, ya para el siglo XVII, un pueblo cosmopolita, de diferentes clases sociales, oficios y orígenes. Era un pueblo activo y en ebullición. Un pueblo en el que convivía mucha gente y muy diferente, por lo que ocurrían cosas como amancebamientos, robos, disputas con espadines de por medio, insultos, amenazas y abusos de poder o hasta sexuales.

Hay alguna relación entre las villas alavesa de Labastida y la vizcaína de Elorrio, de donde es usted. ¿Tienen un récord compartido, no?

Curiosamente, Elorrio y Labastida comparten el honor de ser las villas con más escudos heráldicos en sus respectivas provincias, es decir, Elorrio de Bizkaia y Labastida de Araba. Pero, aparte de esto, a lo largo de la investigación hemos podido constatar que una familia originaria del barrio de Gazeta en Elorrio, la de los Garaizabal, fue también parte de aquella Labastida de importantes cosecheros en los siglos XVII y XVIII, llegando a ser, incluso, de las más influyentes para finales del XIX y comienzos del XX.

En breve

  • ¿Dónde tomamos un buen vino? “En Labastida, en cualquier sitio. Pero, si estoy obligado a elegir uno, me decantaría por la Taberna Tomollo”.
  • ¿Qué vino pediría? “Labastida es sinónimo de buen vino, aunque, si debo elegir uno, me quedo con El Buscador”.
  • La mejor barra de pintxos en… “Hay muchas, pero la de El Bodegón, ubicado en el antiguo palacio de los Tosantos, o la del Martxoa”.
  • ¿Para visitar una bodega o viñedo? “Todas recomendables, si bien por sus históricos calados, además del buen vino, opto por Bodegas Gontés”.
  • ¿Para comer un restaurante, asador o txoko? “Un montón; aunque, al igual que antes, por motivos históricos, añadidos a la calidad, servicio y elaboración, el Mesón Alai”. 
  • ¿Qué hijos e hijas ilustres tiene la villa alavesa? “Solo en el libro hay más de cien”.