El verano, principalmente el mes de agosto, es el momento ideal para traer a estas páginas recomendaciones para quienes estén viajando por esos mundos. Y este año, según dicen, no es poca la gente que ha optado por acercarse a Asturias huyendo del calor y buscando naturaleza y autenticidad. En mi caso, tengo la suerte de que a lo largo de los últimos años, y gracias a “embajadores gastronómicos” de esta provincia como el gastrópata avilesino Carlos Guardado, la catedrática de Historia de la Universidad de Oviedo Pepa Sanz o el empresario hostelero Miguel Ángel de Dios, he conocido no pocos establecimientos del llamado paraíso natural.
Os ofrezco, en este artículo, una selección de nueve de ellos. No serán los más reconocidos por las guías, no serán los más tocados por las varitas mágicas de los medios de comunicación y las instituciones, pero son nueve restaurantes que muestran claramente que el Principado es un tesoro culinario que ha sabido preservar firmemente su identidad y su tradición defendiendo a muerte sus productos y sus productores, ensalzando como pocos la labor de la mujer en la transmisión coquinaria y mostrándose siempre orgulloso de sus platos y su acervo culinario.
Nueve restaurantes con carácter y enjundia. Nueve pequeñas joyas escondidas, accesibles y populares. Hay más, por supuesto, pero ésta es mi selección. Lo que yo controlo. Lo que yo aprecio y puedo recomendar con criterio y conocimiento de causa… Mi Asturias.
Sidrería Yumay (Avilés)
Justo García y su mujer, Lola, ofrecen, en un amplio local que da la bienvenida con un bar popular, bullicioso y acogedor, una carta en la que encontramos carnes, pescados y mariscos de primera división. Los arroces, de los que ofrecen infinidad de opciones son otro de los fuertes del local, así como las legumbres autóctonas. De hecho, Lola es campeona de España en la preparación de verdinas, la exquisita alubia asturiana que se sirve acompañada de productos del mar.
Casa Belarmino (Gozón)
Es uno de los más reconocidos referentes de la cocina tradicional asturiana en los alrededores de Avilés. Dirigido por Juan Luis González y Ramona Menéndez, este coqueto restaurante, que cuenta con un pequeño y acogedor hotelito, ofrece una cocina sencilla pero auténtica, sin complicaciones aparentes pero respetuosa con el legado recibido por Ramona, tanto de su madre, Lourdes Cuervo, como de su abuela, Herminia Rodríguez, fundadora en 1930 de esta casa de comidas.
El Bodegón de Teatinos (Oviedo)
Dirigido por el empresario hostelero local y presidente de la Cofradía del Desarme Miguel Ángel de Dios, y fundado en 1955 por su madre, Rosario Fernández Uria, Charo, ya jubilada pero presente en cada cucharada de los maravillosos guisos de esta casa, este bodegón de carácter destaca por sus guisos, potajes y arroces siendo sobresalientes platos como sus imbatibles callos a la asturiana, uñas de gochu con gambas, calamares fritos al ajillo, arroz con leche...
Casa Nuevo (PIllarno)
Restaurante familiar también conocido como Casa Pepón, situado en plena naturaleza, donde Herminia Nuevo, Hermi, la benjamina de siete hermanos, ofrece una cocina asturiana auténtica y honrada, centrada en la tradición y el sabor. Pote asturiano, fabada, cachopo casero normal y de merluza, croquetas de bonito, frixuelos rellenos de arroz con leche, tarta de fresas de Asturias... A pesar de estar perdido en la montaña, se peta todos los fines de semana... Por algo será.
Casa Salas (Valdepares)
He puesto a Marina López Menéndez en el centro de la imagen, y no por casualidad. Y es que esta guisandera entrañable y hacendosa es el paradigma de la cocina casera y la tradición más inalterable, además de un alma generosa y desprendida. Marina y su marido, Jose, reciben al comensal como en casa con un menú del día y una carta popular con una excelente relación calidad-precio. Exquisito picadillo casero, callos a la asturiana, rabo de toro, tarta de la abuela con yemas...
Los Pomares (Gijón)
Los Pomares es Pili Ramos, joven cocinera que desprende frescura y alegría de vivir por los cuatro costados, señas que transmite a su cocina, aparentemente rústica pero impecablemente elaborada. Una sidrería de antaño en la que corren delicias como los oricios al natural, croquetas de coliflor, lapas en salsa con jamón, manitas deshuesadas, cebollas rellenas de carne, rey a la parrilla, tarta de queso... la suculencia es la norma general en esta casa que llama a repetir.
La Mar del Medio (Oviedo)
Recogido restaurante familiar en el que las zamburiñas son de verdad, en el que la merluza llega todos los días desde Cudillero y se prepara de seis maneras distintas y en un punto excelente, en el que se come como si estuviera uno en el camarote de un barco, en el que una barca de verdad hace de mostrador auxiliar, en el que hay buenos vinos a buen precio, en el que preparan un exquisito calamar en su tinta, fritos de pixín, helados artesanos… Un tesoro en pleno casco antiguo.
La Costana (Siero)
A las puertas de Oviedo, Maite Fernández García y Antonio Paradelo lo dan todo para agradar a sus comensales. Maite cuenta con una cara creativa con platos como alcachofas fritas con oricio, fabes con ciervo, helado de uva mencía… pero no olvida la mejor tradición astur sirviendo una fabada digna de echar cohetes, croquetas de escándalo, chipirón relleno, frixuelos y casadiellas… y una carta de vinos acorde a su excelsa carta. Una referencia indiscutible en cocina y en servicio.
Casa Pedro (Los Oscos)
Los Oscos es una perdida comarca prácticamente metida en Galicia, llena de atractivos naturales y turísticos en la que encontramos este encantador hotel rural dotado de unas vistas sobrecogedoras y una cocina que enamora. Pedro Martínez, su esposa Mari Mar y su hijo Marcos son hosteleros de la vieja escuela, abiertos, humildes y apasionados por el detalle, que cautivan con su trato y con su cocina en la que destacan los platos de la matanza, la fabada, las setas, la caza...