¿Además de la gastronomía, qué aficiones cultiva?

A día de hoy, estoy muy volcado en la Bolsa, que me encanta; de hecho, me gusta tanto que creo que si volviera a nacer me dedicaría a la Bolsa y no a la gastronomía.

¿Dónde ha vivido su experiencia gastronómica más sorprendente?

Siempre he tentado a los cocineros a que crearan cosas nuevas. De todas formas, el minimalismo es lo que más me ha sorprendido, como cuando Ferrán Adriá creó un plato de tuétano con caviar. Con sólo dos elementos conseguía todas las sensaciones: el frío del caviar y el calor del tuétano, la explosión del caviar y la evanescencia del tuétano... Conseguir con dos ingredientes que se den sensaciones tan diferentes y que se complementen tan bien, me fascina. Esto ya no existe. Los cocineros se dedican a los negocios. Antes querían hacer una obra para ser grandes. Ahora quieren un éxito fulgurante sin pararse a pensar ni a trabajar.

¿Qué es lo que más valora en una persona?

Coherencia e inteligencia.

¿Y lo que más detesta?

Lo malo de la sociedad actual es que la gente no tiene cultura. Se ha perdido el respeto por el conocimiento. Todo el mundo opina y dice: “A mí me gusta...”. Pero, vamos a ver... ¿qué le va a gustar a usted, si usted es un mierda? Un chaval puede decir que le gusta la tortilla de patata al revés, pero para hablar hay que conocer, hay que probarlo todo, hay que estudiar, hay que adquirir conocimiento, leer y pensar en lo que se lee... Hoy el que mejor miente triunfa, porque todo es una mentira. Hoy todo es TikTok.