Este martes tuvo lugar, en la sidrería R. Zabala de Aduna, la fiesta anual y entrega de los Premios Jakitea, que esta asociación concede a restaurantes y profesionales que potencian la cocina tradicional. Mucho se ha hablado ya sobre los premiados, los ilustres asistentes… pero, muy poco sobre los propios miembros de Jakitea, una cuadrilla de locos deliciosos que sigue como una piña al fundador y presidente de la misma, Xabier Zabaleta. 

Si destaca por algo este grupo es, en mi opinión, por la humildad de sus integrantes, gentes comprometidas a muerte con la gastronomía, que apenas levantan la cabeza de los fogones. La fotografía que ilustra este artículo no nos muestra, como en otros premios, rostros que vemos habitualmente en prensa y TV, sino trabajadores y trabajadoras con gran capacidad de sacrificio que se vuelcan en satisfacer a sus clientes. 

Son ellos, en mi opinión, los que merecen ser premiados, así que me he permitido crear mis propios premios Gastroleku-Jakitea que ofrezco a los retratados, de izquierda a derecha y de arriba abajo: 

Premio a la resiliencia: Aritz Ansola (Sansonategi, Hernani). Por transformar un restaurante que sufrió como pocos la crisis del 2008 en un establecimiento de eventos que funciona de cine.

Premio a la cabezonería: Xabier Zabaleta (Aratz, Donostia). Por convertir, a fuerza de trabajo y tesón, su modesto asador familiar en uno de los más reputados restaurantes de Donostia. Y por conseguir que una idea loca como Jakitea se convierta en una asociación respetada y referencial.

Premio a la trayectoria: Xabier Osa (Urgain, Deba). Por dirigir hasta su jubilación uno de los restaurantes de más calidad de la costa gipuzkoana.

Premio top local: Igor Muñoa (Tripontzi, Hernani): Por mantener en un pueblo un local con calidad gastronómica de capital.

Premio al intercambio: Elena Navarri Jaumet (Kostalde, Donostia). Por hacer de puente entre la gastronomía vasca y catalana sin perseguir ningún tipo de prebenda.

Premio a la discreción: Álex Barcenilla (Ziaboga, Pasai Donibane). Por ser, probablemente, el restaurante que, a la chita callando y sin hacer nada de ruido, ha formado a más turistas extranjeros en cocina vasca.

Premio Ave Fénix: Arantxa Agirrezabala (Kattalin, Beasain). Por sacar adelante, con gran esfuerzo y voluntad, uno de los asadores referenciales de Goierri tras la muerte de su marido.

Premio a la integración: Vera María Cruz da Silva (Antiguo Casa Vergara, Donostia). Por especializarse en cocina vasca en la Escuela Irizar nada más aterrizar de Brasil y ser una de las mayores valedoras de la misma.

Premio a la vitalidad: Yon Pavón (Pub Patrizio, Lasarte). Por perseguir sus sueños hasta las últimas consecuencias sin pisar ni empujar a nadie.

Premio al valor: Andoni Txintxilla (Hamarratz, Zumaia). Por dejar un local cómodo y manejable para abrir el restaurante más osado y experimental de la costa vasca en el momento más complicado de la hostelería y la restauración.

Premio Cocina Vasca: Ion Mikel Ibero -Representado por Eva- (Hotel Londres, Donostia): Por hacer que nuestra cocina reine en uno de los hoteles más internacionales de Donostia.

Premio al sacrificio: Haritz Jauregi (Txola, Donostia). Por seguir siendo, tras décadas en hostelería, ese trabajador modélico que abre y cierra el bar, organiza la barra, sirve las mesas, ayuda en cocina, limpia y se implica en todas las tareas sin negar nunca una sonrisa al cliente.

Premio a la diversidad: Félix Manso (Félix Manso Ibarla, Irun). Por combinar la alta cocina con la gastronomía más tradicional o los pintxos de alta expresión manteniendo una coherencia a prueba de balas.

Premio a la resistencia: Ander Esarte (Txuleta, Donostia). Por ser el último reducto de una cocina vasca auténtica y sincera en un lugar tan gentrificado y maltratado gastronómicamente como es la Parte Vieja.

Premio a la reconstrucción: Rafa Gorrotxategi. Por haber empezado de cero en el tramo descendente de su vida profesional y alcanzar de nuevo la gloria en un tiempo récord.

Premio a la constancia: Javier Penas (Herriko Etxea, Lasarte). Por apostar contra viento y marea por una cocina tradicional de calidad imbatible en todos los destinos, propios o ajenos, en los que ha trabajado.

Premio a la familia: Txema Martín (M Martín, Donostia). Por formar parte de una de las familias más sacrificadas, sólidas y modélicas de la hostelería donostiarra.