La decisión conjunta de la burgomaestra de Ámsterdam, el jefe de la Policía y el fiscal general de prohibir el acceso a los 2.600 aficionados de la Lazio ha desatado una polémica de primer orden en Roma. El presidente del club italiano, Claudio Lotito, ha cargado contra las autoridades neerlandesas, a las que acusa de “violar Schengen, una locura”. Al mismo tiempo, medio millar de hinchas romanos se han puesto en manos del abogado Giacomo Marini para llevar la decisión al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al embajador neerlandés en Italia y hasta al alcalde romano: “Nos enfrentamos a un grave acto de racismo y discriminación”.
El partido se disputa el 12 de diciembre y una vez conocida la decisión, fundamentada en los graves incidentes de orden público con motivo del Ajax-Maccabi Tel Aviv, aún queda tiempo para que el caso dé muchas vueltas. Por el momento, la UEFA no se ha pronunciado, más allá de decidir días atrás de que el duelo era de alto riesgo.
La decisión de Ámsterdam, que llega después de la batalla campal con motivo de la visita del Maccabi Tel Aviv y de la que aseguran el Ajax está excluido, ha pillado a contrapié a las autoridades laciales.
"¿Pero de qué hablamos? Ya he hablado con el embajador. Lo que han hecho es un acto ilegítimo, además de que no hay precedentes que nos conciernan”, asegura el presidente de la Lazio, Claudio Lotito, que llega a asegurar que su club “es hoy un punto de referencia en la lucha contra el antisemitismo”.
“Pertenezco a la comisión Segre contra el odio y la violencia, y en nuestra junta directiva está Mario Venezia, presidente de la fundación Museo de la Shoah”, se escuda Lotito, que asegura que la fama nazi que persigue a parte de la hinchada italiana son “hechos que han pasado y que no tienen nada que ver con la Lazio”.
Afición con "simpatías fascistas y de ultraderecha"
Las autoridades de los Países Bajos recuerdan en su comunicado de este martes que “seguidores de la Lazio son conocidos por sus simpatías fascistas y de ultraderecha, así como por sus expresiones antisemitas y racistas, incluido el saludo nazi, la exhibición de esvásticas y el abuso de la imagen de Ana Frank”, la célebre niña autora del Diario, asesinada en un campo de concentración.
“Esta gente está violando el Tratado de Schengen (que regula la libre circulación) porque impiden a los italianos ir a Ámsterdam, me parece una locura, ¿no?”, escala su indignación el presidente de la Lazio, que en un argumento similar al empleado por la hinchada del Ajax cuando se trató de impedir su viaje a Anoeta, asegura que los 2.600 que prevén viajar a los Países Bajos “ya han pagado sus los billetes, sus hoteles... ¿Con base en qué llega esta decisión?”.
Medio millar de esos hinchas han puesto el caso en manos del abogado Giacomo Marini. “Justifican la decisión en el racismo por parte de los aficionados de la Lazio, pero esto es exactamente lo contrario cuando se prohíbe a ciudadanos italianos entrar en el estadio”, ha criticado el letrado, que quiere reunirse con el embajador neerlandés en Italia y con el alcalde de Roma, “es una situación que debe involucrar a las más altas autoridades italianas”.
Donostia mira atenta
El caso levanta especial interés entre la afición de la Real y entre los habitantes de Donostia, cuyo alcalde, Eneko Goia, ha vuelto a mostrar esta semana su posición contraria a vender entradas a la afición del Ajax. Por un lado, los precedentes de otras hinchadas violentas en la ciudad (como las de la Roma, el Benfica o Anderlecht) no son nada halagüeños; y por otro lado, los precedentes de parte de la hinchada neerlandesa.
La Real se ha cuidado mucho de expresar su posición respecto a la venta de entradas. De hecho, que el club habría comunicado al Ajax su negativa a vender se conoció por un comunicado del propio club neerlandés, al que le siguieron otros de la asociación de peñas ajacied y de la federación de asociaciones de seguidores españoles, Fasfe, que son quienes se apuntaron el tanto después de que la UEFA se opusiera a la posibilidad de no vender entradas.