El Girona recibe a las 21.00 horas en Montilivi al Slovan Bratislava eslovaco, antepenúltimo de la primera fase de la Liga de Campeones, con la obligación de rebelarse contra la plaga de lesiones y contra la mala dinámica de resultados para sumar su primer triunfo en Europa y recuperar las buenas sensaciones en Girona.

El cuadro de Míchel Sánchez se convirtió la temporada pasada en el equipo estatal que ha necesitado menos años (cuatro) en Primera para llegar a la Champions, pero este curso le está costando acercarse al fútbol que sorprendió a propios y extraños y está firmando un inicio de curso discreto e irregular.

En los últimos ocho partidos, suma una victoria –ante el Athletic–, dos empates y un total de cinco derrotas, entre las que se cuentan las sufridas ante el París Saint-Germain (1-0) y el Feyenoord (2-3) en las dos primeras jornadas de esta fase de la Liga de Campeones.

Exigente final

El Girona se enfrentará al Liverpool, al Milan y al Arsenal en las tres últimas jornadas, por lo que si pretende aspirar a jugar la fase eliminatoria está casi obligado a ganar los partidos contra el Slovan, el PSV Eindhoven y el Sturm Graz austríaco. El Slovan perdió ante el Celtic Glasgow (5-1) y el Manchester City (0-4) en las dos primeras fechas.

Por su parte, el Slovan de Bratislava, que acumula dos derrotas por goleada ante el Celtic y el Manchester City, afronta su cruce con el Girona con la intención de ser un rival digno y dar la sorpresa.

“Vamos a intentar con todas nuestras fuerzas ser un rival digno e incluso sorprender al Girona”, declaró Vladímir Weiss, técnico del equipo eslovaco, que es el segundo de la liga nacional, a un punto del líder, el MK Ilina.

El intenso calendario, en el que Slovan juega cada tres días y debe disputar siete encuentros en 22 días, hará que Weiss dé entrada a jugadores más jóvenes y del banquillo. “Los jóvenes tienen que entrar más en juego”, declaró Weiss.