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"Aupa Eibar, Gora Eibar!"

La plaza Unzaga de Eibar vivió una noche mágica entre unos jugadores que se desataron sobre un escenario que les acercó a la afición armera.

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Lo que se vivió en la plaza Unzaga la noche del sábado fue uno de los días más grandes de la localidad guipuzcoana. Desde que empezó sobre el campo, pasando por el Restaurante Chalcha de Eibar, el autobús descapotable hasta el ayuntamiento, donde la barra libre de champán fue ya la chispa que inició la gran fiesta. El club había planeado la noche con un escenario que hizo las delicias de una afición que ayer tuvo a 23 nuevos miembros, porque los jugadores dejaron de serlo y se convirtieron en animosos seguidores de esa misma afición a la que han deleitado durante todo el curso.

El speaker fue llamando por orden de sus dorsales a cada miembro de la plantilla, con Kijera y Dani García como grandes animadores, aunque el champán que derramaron convirtió en una pista de patinaje el escenario, poniendo aún más pimienta a una celebración de Primera. Como en los últimos partidos, Jota volvió a ser el centro de atención, quizá a modo de despedida de un grupo que le acogió desde el primer día y que ahora llora su marcha. Le mantearon al cielo eibartarra y todos le pidieron que se quede.

Aunque su zurda es de oro y es quien más ha animado a todos este curso con su fútbol, sobre el escenario ese papel lo tomaron otros. Da gusto ver cómo jugadores que vinieron de fuera hace dos años, o incluso recién llegados, se han involucrado tanto en la sociedad vasca. Parece imposible que en otro lugar un anzaluz tome el control con el micrófono y cante Ikusi Mendizaleak con acento sevillano. Otros, como Matías Ibáñez, portero argentino que llegó en invierno y no ha entrado ni siquiera en las convocatorias, era uno más, muy integrado e incluso líder de varios cánticos. Eso solo pasa aquí, porque como dijo Aranzabal, "este club es especial y diferente a todos".

en segundo plano Mientras la mayoría celebraba por todo lo alto el ascenso, otros prefirieron un segundo plano más tranquilo. El presidente ni siquiera bajó y se quedó en el Ayuntamiento observando desde la distancia, mientras que el cuerpo técnico, liderado por Gaizka Garitano, vio desde la barrera cómo sus jugadores animaban a los miles y miles de armeros que cantaban, saltaban y bailaban en la histórica plaza Unzaga.

Llamó la atención también cómo un jugador como Yuri Berchiche, que todo hace indicar que está ante los últimos días como azulgrana para recalar en la Real la próxima temporada, prefirió pasar al segundo plano grabando toda la celebración con su cámara personal, ataviado con una camiseta con una fotografía suya y de su pareja. Pero, sin duda, en cuanto a vestimenta sobresalió Alain Eizmendi, que tuvo el mejor gesto de la celebración. Entre la locura, él se acordó de Urtzi Gurrutxaga, el joven jugador del Tolosa que hace unos meses perdió la vida en pleno partido de Regional ante el Berio. Un gesto que es el mejor resumen de esta plantilla y de una fiesta que sirvió para celebrar el título pero también como homenaje al fútbol modesto y la humildad.

La noche fue larga y todos se han ganado un merecido descanso. Pero que nadie piense que la temporada acabó ayer sobre ese escenario. La fiesta continúa en Soria y, conociendo a esta plantilla, seguro que volverán a pelear por un nuevo triunfo y por un título que culmine dos años de trabajo, esfuerzo y sacrificio. Aupa Eibar, Gora Eibar!