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Un traidor al servicio de su graciosa majestad inglesa

El ex secretario general de la FIFA Michel Zen-Ruffinen acusó a España y Portugal de pactar con Qatar y la FIFA decide hoy si tiene crédito el rumor.

Un traidor al servicio de su graciosa majestad inglesaG.N.

Hoy deberá decidir el Comité de Ética de la FIFA sobre el expediente abierto contra las candidaturas de España y Portugal y la de Qatar por el supuesto pacto alcanzado para intercambiar sus votos el próximo 2 de diciembre, cuando se decida las sedes que acogerán los mundiales de 2018 y 2022, respectivamente.

Además, el citado Comité debe valorar si prolonga más allá de la citada fecha la suspensión en sus funciones al nigeriano Amos Adamu y al tahitiano Reynald Temarii, los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA filmados con cámara oculta aceptando sobornos a cambio de sus votos, lo cual les dejaría al margen de la elección, y que el canal de televisión inglés BBC emitirá el próximo 29 de noviembre en un documental.

"El problema con este asunto es que la toma de decisiones para erradicar la corrupción se delega en un órgano interno, un cuerpo que también forma parte de la FIFA". Quien esto dice se llama Michel Zen-Ruffinen, que fue secretario general de la FIFA durante 16 años y mano derecha de Joseph Blatter hasta 2002, cuando terminó su relación de forma tormentosa. Hasta entonces, Michael era como un hijo para Blatter, que ese año fue reelegido presidente del máximo organismo rector del fútbol mundial. Zen-Ruffinen acusó entonces a Blatter de abuso de poder, corrupción y mala administración.

Sus palabras cayeron en el vacío, pero, sin duda, sabía de qué hablaba: lo había vivido en primera persona. Pero su acusación llegaba tarde, cuando estaba ya fuera del pastel.

Zen-Ruffinen ha regresado a la escena del crimen para convulsionar las tensas vísperas en las que se debe elegir las sedes de los mundiales de 2018 y 2022 y trasladar a un sitio determinado el tremendo negocio que lleva consigo esta decisión.

El rotativo inglés Sunday Times filmó a Ruffinen con cámara oculta explicando a unos periodistas encubiertos que varios miembros del Comité Ejecutivo de FIFA serían sobornables, a la vez que se ofrecía como mediador a cambio de recibir, supuestamente, 120.000 euros. A uno le calificó como "el mayor gángster de la tierra"; de otro dijo que es simpático, pero receptivo al dinero. Y de un tercero que se dejaba "ablandar" con las mujeres. En esta grabación Ruffinen se refirió, además, a un acuerdo entre la candidatura ibérica y la de Qatar, "que está atado y sellado con una bonita cinta".

Miguel Ángel López, el director general de la candidatura de España y Portugal, se muestra irónico al respecto, cuando recuerda que, casualmente, todos los montajes parten del mismo sitio, Inglaterra, uno de los países aspirantes al Mundial 2018, y que no hay ninguna prueba al respecto. Pero también dice que algún miembro del comité ejecutivo les ha ofrecido su voto; confesión que da fe de que el intento, al menos, existe.

Al margen de las razones y credibilidad de Ruffinen, el ex secretario general de la FIFA, en declaraciones a una televisión suiza, puso el dedo en la llaga: "Si se quiere eliminar la corrupción de la FIFA, como hizo el COI cuando se descubrió un problema parecido, el asunto tiene que llevarlo a cabo un organismo exterior", algo que la FIFA no contempla.