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Ver galería >Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
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Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
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Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Iker Azurmendi
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Iker Azurmendi
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Iker Azurmendi
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Iker Azurmendi
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Iker Azurmendi
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.
Ataun acogió ayer uno de los espectáculos más esperados que se repite cada dos años en noviembre: Jentilen etorrera. La presencia de la lluvia obligó a suspender el desfile previo a la obra de teatro que se celebra en el polideportivo. No obstante, los mitos vascos volvieron a cobrar vida en la cuna de Joxemiel Barandiaran, con un temible gizotso como protagonista de una historia en la que no faltaron Torto, sorginak, Basajaun, Akerbeltz y otros seres mitológicos que tienen en Ataun su propio refugio gracias a la asociación Jentilbaratza.