- Multimedia
- Servicios
- Participación

Ver más galerías relacionadas
Anabel Dominguez
Ver galería >La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
A.D.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.
La sidra y los talos han vuelto a coronarse este sábado como los grandes protagonistas de una fiesta que no necesita reinventarse para conquistar. Oñati se ha volcado un año más con su Herri Eguna. Entre animales, verduras, repostería, artesanía, trikitixa, txistu y mucho ambiente, las calles se han llenado de vida, de gente con ganas de disfrutar y de una tradición que no pasa de moda.