La calle Easo de Donostia, considerada la zona cero de las obras de la variante ferroviaria del metro de Donostialdea, ha recuperado siete años después la normalidad de manera definitiva tras concluir su urbanización. Ya se ha abierto a la circulación y el libre tránsito de los peatones el tramo entre San Martin y San Marcial. Lo primero que llama la atención, más allá de la desaparición de todo el material e inconvenientes de las obras, son las aceras. A ambos lados, las aceras tiene el doble de superficie, reduciendo a un carril el espacio de la carretera.
La calle Easo luce tras las obras del Topo
Ruben Plaza
La calle Easo de Donostia, considerada la zona cero de las obras de la variante ferroviaria del metro de Donostialdea, ha recuperado siete años después la normalidad de manera definitiva tras concluir su urbanización. Ya se ha abierto a la circulación y el libre tránsito de los peatones el tramo entre San Martin y San Marcial. Lo primero que llama la atención, más allá de la desaparición de todo el material e inconvenientes de las obras, son las aceras. A ambos lados, las aceras tiene el doble de superficie, reduciendo a un carril el espacio de la carretera.
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