Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Ambiente en el Día de San Sebastián.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Tambores y barriles en la izada.
Iker Azurmendi
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Ambiente en la Tamborrada.
EFE
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
La Tamborrada infantil en el Día de San Sebastián.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Niños y niñas vestidos en la Tamborrada.
EFE
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Izada de la bandera en el Día de San Sebastián.
Iker Azurmendi
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Banderas adornan las calles en el Día de San Sebastián.
Rubén Plaza
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Participantes de la Tamborrada.
Javier Echezarreta
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Tamborrada.
EFE
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Vistas de la Tamborrada Infantil del Día de San Sebastián.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
La arriada en el Día de San Sebastián.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Tamborrada infantil en el Día de San Sebastián.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
La Tamborrada.
EFE
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
La Tamborrada en el Día de San Sebastián.
EFE
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
La plaza de la Constitución de Donostia en la izada del Día de San Sebastián.
Iker Azurmendi
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Niños y niñas participando en la Tamborrada infantil.
Saioa Martínez
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Ambiente de la arriada.
Javier Colmenero
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.
Cada 20 de enero, Donostia se convierte en un vibrante escenario donde la tradición y la emoción se entrelazan en una sinfonía de tambores y barriles. La Tamborrada, celebrada en honor al patrón de la capital guipuzcoana, San Sebastián, nos envuelve en una atmósfera única que palpita al unísono con los corazones de los donostiarras.