egún la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT en sus siglas en inglés), la Terapia Ocupacional es “una profesión que se ocupa de la promoción de la salud y el bienestar a través de la ocupación”. Es decir, lo que se busca es que personas con dificultades en la realización de ocupaciones (actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, juego, ocio y tiempo libre, educación, trabajo, participación social, manejo de la salud) puedan obtener una mejora en su calidad de vida. Por ello, la atención a la persona siempre es individualizada, es decir, centrada en ella. La Terapia Ocupacional, regulada por la ley de profesiones sanitarias y que cuenta con más de 100 años de antigüedad, puede ejercerse en una gran variedad de ámbitos y se adapta a las necesidades de cada persona, además de intervenir en los contextos, factores personales, habilidades y patrones de desempeño, como por ejemplo, poder recuperar una afición que tan buenos momentos te dio en el pasado y que puede ser un gran paso y un estímulo significativo. Principalmente, se busca que la persona pueda desenvolverse en ocupaciones por sí mismo.

“Siempre he sido un hombre muy activo hasta que sufrí un ictus y tuve que volver a aprender ciertas cosas”, cuenta el donostiarra Joaquín. Como él, miles de personas sufren cambios repentinos y radicales de un día para otro y no les queda otro remedio que adaptarse. “Estaba de fiesta con mis amigos y me caí al suelo, con tan mala suerte que me golpeé la cabeza contra el bordillo. Desde entonces, estoy en una silla de ruedas y apenas puedo moverme”, relata Josu, residente en la capital guipuzcoana. A ambos la Terapia Ocupacional les ha cambiado la vida. Joaquín pudo retomar actividades de la vida diaria que le eran imposibles por su situación y con Josu han conseguido que pueda realizar de forma autónoma acciones como “trasladarse con la silla de ruedas, comer y hacer ciertas partes de su aseo personal” entre otras.

Gema, de Errenteria, dice estar “tranquila” con la situación de su hija en el colegio: “Sé que mi hija es capaz de seguir el ritmo de la clase como los demás. Desde pequeña tiene la supervisión de una terapeuta ocupacional que va al colegio y le facilita el que pueda seguir cumpliendo los objetivos escolares”. Por su parte, Amaia de Zarautz asegura estar “satisfecha” con la asistencia que recibe su madre en una residencia: “Hoy en día sigue manteniendo su rol de ama de casa y cuida de las plantas, barre el comedor, ayuda a preparar la sala de bingo y cuida de su compañera de habitación cuando bajan a misa; ella misma la lleva en la silla de ruedas”.

Todos estos testimonios son de personas que han recibido Terapia Ocupacional (conocida por sus siglas TO) en Euskadi. Los profesionales de TO trabajan en muchos y diversos ámbitos, desde centros residenciales hasta servicios de ayuda domiciliaria o centros de atención a la infancia, entre otros. La TO está presente tanto en Osakidetza e instituciones públicas como en servicios o entidades privadas-concertadas.

El Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales del País Vasco-Euskadiko Terapeuta Okupazionalen Lanbide Elkargoa (ETOLE), vela por la profesión y la situación de los y las terapeutas ocupacionales del País Vasco. Este colegio profesional se creó en 2010 tras muchos años, desde 1984, de trabajo asociativo de los y las terapeutas ocupacionales vascos/as.

El 27 de octubre se celebra el Día Mundial de la Terapia Ocupacional. Es un día para reivindicar y, también, homenajear a todos los profesionales que trabajan para que personas con dificultades y/o diversidad funcional puedan seguir disfrutando de un buen nivel de vida. Con este Día Mundial, se quiere visibilizar el trabajo y desarrollo de esta profesión y que sea accesible a la sociedad vasca al igual que al resto del mundo y más reconocida a nivel social. Se pretende lograr una conciencia y un reconocimiento social del impacto positivo que tiene la Terapia Ocupacional a nivel global y de todo lo que puede aportar a la calidad de vida, a la autonomía y al bienestar de las personas.