El desperdicio alimentario es un problema mundial que requiere estrategias y planes de acción y sensibilización para su reducción. A nivel global, la ONU estima que 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos -un tercio de la producción mundial- terminan en la basura antes incluso de llegar al plato. Mientras tanto, el 10,5% de la humanidad sufre desnutrición y los gases de efecto invernadero (GEI) derivados de la industria alimentaria suponen entre el 25 y el 30% de las emisiones totales que han propiciado la crisis climática actual.

Además, al desperdiciar comida, no solo se pierde el alimento no consumido, también se malgastan todos aquellos recursos que se han utilizado para producirlos como, por ejemplo, el uso de la tierra, los nutrientes, el agua y la energía empleada para su producción, transformación y transporte, así como las correspondientes emisiones de gases de efecto invernadero. En consecuencia, el despilfarro de alimentos debe entenderse como un problema global, éticamente inaceptable, socialmente injusto y económica y medioambientalmente insostenible, y que incide directamente en el cambio climático del planeta.

El territorio de Gipuzkoa no es ajeno a dicho reto, ya que se estima en 123.000 toneladas los alimentos despilfarrados al año en la cadena agroalimentaria del territorio. El despilfarro de las primeras fases (producción, transformación y distribución) alcanza el 30% del total, siendo alrededor de 6.000 las toneladas de alimentos potencialmente aprovechables.

Cada año 1.300 millones de toneladas de alimentos terminan en la basura antes de llegar al plato

La dirección general de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa recoge la problemática del despilfarro alimentario como unos de sus ejes estratégicos en su Plan Integral de Residuos Urbanos de Gipuzkoa 2019-2030 (PIGRUG 2019-2030). En ella se recogen acciones como diagnósticos, planes de acción y campañas de sensibilización ciudadana con respecto al despilfarro en el hogar y en restaurantes, en las que ya se viene trabajando el fomento del consumo responsable en hogares y comercio; la campaña Gourmet bag; así como programas como El último minuto, desarrollado en colaboración con el Banco de Alimentos de Gipuzkoa, y que está permitiendo recuperar alimentos no comercializables en una cantidad superior a 1.000 toneladas por año.

Consumo responsable en nuestros hogares

El estudio Análisis del desperdicio de alimentos en los hogares del Territorio Histórico de Gipuzkoa, realizado por la Diputación Foral de Gipuzkoa en colaboración con la ONG Enraiza Derechos, señala que los hogares guipuzcoanos desperdiciaron en 2020 3,15 kilos de alimentos a la semana, lo que viene a ser 165 kilos al año. Esto supone una reducción del 20% respecto al año anterior, en el que se computaron 200 kilos desperdiciados al año por hogar.

Según los resultados de la encuesta, en relación a esos 165 kilos anuales desperdiciados, el 45% (74 kilos anuales) corresponde a desperdicios alimentarios comestibles, fundamentalmente alimentos cocinados, frutas y hortalizas y, en menor medida, pan, salsas y aceites, huevos y lácteos.

En relación a los motivos señalados en la generación del desperdicio alimentario comestible, el 23% es por haberlo dejado olvidado en la nevera, otro 23% corresponden a los restos del plato, el 15% corresponden a sobras no aprovechadas y el 13% a producto caducado.

"Evitar el despilfarro alimentario tiene un gran impacto ambiental por la reducción de emisiones y es, además, una obligación social. Este análisis del comportamiento de los hogares guipuzcoanos en cuanto al despilfarro alimentario nos ayuda a avanzar en nuestras estrategias de cambio climático y a hacer de Gipuzkoa un territorio ambiental, social y económicamente más sostenible", ha apuntado Jose Ignacio Asensio, diputado foral de Medio Ambiente.

Lo que sobre, a casa

El 23% de los desperdicios alimentarios de la fase de consumo se producen en el canal Horeca, según el Diagnóstico de Despilfarro Alimentario en Gipuzkoa elaborado por la Diputación. Con el objetivo de reducir los PDA (Pérdidas y Desperdicios de Alimentos) en este sector, recientemente se ha presentado en Andoain la campaña Gourmet Bag. Se trata de una iniciativa del departamento foral de Medio Ambiente, Asociación de Hostelería de Gipuzkoa e ImpactHub Donostia, en la que este año participan un total de 16 municipios guipuzcoanos, cinco más que en la anterior edición. Los municipios que van a participar en la tercera edición de Gourmet Bag son: Andoain, Arrasate, Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Bergara, Donostia, Eibar, Errenteria, Hernani, Hondarribia, Irun, Lasarte-Oria, Oiartzun, Pasaia y Zarautz.

Bajo el lema ¡Que no te sobre nada! ("Eramandako jakia ez da soberakina"), los restaurantes y bares adheridos a la iniciativa ofrecerán el recipiente Gourmet Bag a los clientes que lo soliciten para que puedan llevarse a casa la comida que les haya sobrado en el plato.

Motor del cambio

Además de ser una pieza fundamental en el camino hacia la sostenibilidad, el sector de la restauración se postula como auténtico motor del cambio para liderar la transición hacia la circularidad del sistema alimentario de Gipuzkoa. Muestra de ello es el acuerdo de colaboración suscrito entre Diputación y BasqueCulinary Center, cuyo objetivo es reducir el desperdicio alimentario a través del desarrollo del proyecto Estudio del arquetipo del Territorio.

Esta iniciativa tiene continuidad con las de años anteriores, ya que BasqueCulinary Center, referente pedagógico en la gastronomía del Territorio, lleva años trabajando en el despilfarro alimentario a través del Centro Tecnológico en gastronomía, BCC Innovation. El objetivo de dicha acción es seguir ampliando el conocimiento sobre el sistema alimentario de Gipuzkoa e identificar acciones dirigidas a lograr una economía circular del sector de la alimentación en nuestro territorio. Para el desarrollo de estas actividades, el Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa destinará 30.000 euros.

"A través de este convenio ratificamos nuestro compromiso con la sostenibilidad, como eje estratégico de actuación y con el territorio. Activar espacios de análisis relacionados con la forma en la que nos alimentamos y el desperdicio alimentario resulta básico para concienciar y diseñar actuaciones específicas que generen impacto en Gipuzkoa", ha subrayado Joxe Mari Aizega, director general de BasqueCulinary Center.

Recuperar alimentos frescos

Otra iniciativa importante de cara a evitar el despilfarro, que cuenta con el apoyo del departamento foral de Medio Ambiente, es la llevada a cabo por el Banco de Alimentos de Gipuzkoa. Y es que más allá de contribuir a paliar las necesidades básicas de alimentación de las personas en riesgo de exclusión del territorio, mediante su programa Último minuto, que consiste en la recogida diaria de alimentos frescos en supermercados y diversas empresas de alimentación, el Banco de Alimentos de Gipuzkoa posibilita la recuperación en torno a 1.000 toneladas de excedentes alimentarios cada año.

JOSE IGNACIO ASENSIO, DIPUTADO FORAL DE MEDIO AMBIENTE

"En Gipuzkoa llevamos años trabajando contra el desperdicio de alimento. Es un problema medioambiental, económico y social al que hay que plantarle cara"

La reciente norma aprobada por el Consejo de Ministros contra el desperdicio de alimentos, recoge una serie de planes, obligaciones, buenas prácticas y sanciones a aplicar en toda la cadena alimentaria, desde el agricultor al consumidor, con la finalidad de evitar el desperdicio alimentario.

La alimentación es uno de los ejes sobre los que pone el foco su departamento, ¿por qué?

- Trabajamos el ámbito de la alimentación en dos líneas: por una parte, en la prevención del despilfarro, y por otra parte, en el impulso de modelos productivos más sostenibles dentro de las cadenas de valor alimentarias. Gipuzkoa es un referente internacional en gastronomía, y en línea con el Pacto Verde Europeo y la estrategia denominada La granja a la mesa, queremos reforzar nuestro liderazgo en el sector gastronómico, también en la transición hacia modelos productivos más sostenibles. Tenemos que ir todos de la mano. Esta misma semana el Gobierno de España ha aprobado una ley pionera contra el desperdicio alimentario, buscando contribuir al desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles, la justicia social y el fomento de la economía circular.

Según un estudio, cada hogar guipuzcoano desperdicia 165 kilos de alimentos al año. ¿Se ha convertido el despilfarro alimentario en una prioridad para la Diputación?

- Por supuesto, uno de nuestros objetivos como departamento de Medio Ambiente es liderar la transición ecológica de nuestro territorio, sin dejar a nadie atrás, con la mayor equidad posible. Y, por eso, como sociedad no podemos permitir que convivan esas cifras de despilfarro alimentario con la existencia de familias que no pueden abastecer sus necesidades alimentarias. El desperdicio alimentario es un problema mundial con graves consecuencias para la economía, el medio ambiente y, por supuesto, para la sociedad, porque mientras un tercio de los alimentos que se producen terminan en la basura, un 9% de la población mundial sufre hambre.

Efectivamente, según las cifras del Banco de Alimentos de Gipuzkoa, el número de familias con necesidades ha aumentado un 25% desde la pandemia. ¿En qué consiste el acuerdo de colaboración?

- El Banco de Alimentos de Gipuzkoa es un colaborador habitual de nuestro departamento, y llevamos a cabo muchas iniciativas junto a ellos. Desde hace ya más de una década desarrollamos conjuntamente el programa Último minuto, gracias al cual se recogen alimentos frescos en supermercados y diversas empresas de alimentación para repartirlas entre las personas demandantes. Este año, por ejemplo, también vamos a llevar a cabo una campaña en la época estival en las playas de Gipuzkoa para promover una recogida de alimentos para el Banco de Alimentos.

"Mientras un tercio de los alimentos que se producen terminan en la basura, un 9% de la población mundial sufre hambre"

La restauración es uno de los principales motores económicos del territorio, pero es también un sector con un elevado impacto ambiental, un alto consumo de recursos y una gran generación de residuos. ¿Qué se puede hacer ahí?

- En el sector HORECA se genera también una gran cantidad de desperdicio alimentario, y también trabajamos junto a ellos, por ejemplo, con la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa y el ImpactHub Donostia, para tratar de evitar el despilfarro que se genera en restaurantes, a través de unos recipientes reciclados y reciclables, para que las y los comensales puedan llevarse a su casa la comida que no se hayan podido terminar. Y también, por supuesto, colaboramos muy estrechamente con el BasqueCulinary Center, de manera más estratégica, para poder establecer pautas que permitan transitar hacia modelos de producción y consumo más sostenibles dentro de la cadena de valor de la gastronomía.