El desarrollo tecnológico de las herramientas de Inteligencia Artifial (IA) es la nueva revolución científica, aunque su orientación en términos de negocio esté llena de factores por aclarar. No se ha clarificado suficientemente el modo de evitar que, en materia informativa, el sesgo ideológico de determinadas posiciones extremas favorezca la manipulación de la verdad y la creación de opinión. Tampoco hay garantía de que las amplísimas y variadas aplicaciones de la IA se orienten al beneficio colectivo –soluciones en materia de salud, educación o cálculos vertiginosos en beneficio de nuevos desarrollos científicos– puedan tener un alcance equilibrado y no convertirse en un negocio privativo, cuando no en una orientación indeseable –armamentista, ilegalidad financiera, etc–. En un escenario en el que la popularización de estas herramientas había creado una burbuja de expectativa económica en torno a sus empresas propietarias y desarrolladoras, irrumpe una alternativa gratuita, de código abiert, capaz de dinamitar el mercado: la app china Deepseek. Su llegada ha hecho tambalearse el valor bursátil de quienes ostentaban el oligopolio del sector hasta la fecha. Las cualidades técnicas de la herramienta han sido ponderadas no tanto por su especificidad o elevada calidad sino porque su gratuidad ha dinamitado el mercado. Otras herramientas –ChatGPT, Google Bard, DALL-E,...– de empresas que lideran el sector –Open AI, Microsoft, Google,...– ofrecen mayor calidad pero han perdido la exclusividad y exigen un precio y coste de matenimiento, lo que augura una popularización del formato gratuito. Significativo es también el impacto sobre el gran proveedor de microchips Nvidia, castigada en su valor porque, sencillamente, la herramienta china no los usa. Se reproduce en esta carrera tecnológica y económica el antagonismo y las dudas clásicas con los productos chinos: qué sesgo pueden adquirir los desarrollos que los utilicen y que dumping puede existir en su comercialización, que busca copar mercados de libre competencia con productos subvencionados. La IA ha llegado para quedarse y para acelerarlo todo exponencialmente pero aún sigue sin resolver sus riesgos ni evitar los monopolios de su desarrollo. El éxito especulativo de Deekseek no augura que se vaya a frenar para resolverlos.