Uno de los mitos más extendidos es que el horno es el electrodoméstico del hogar que más consume, aunque este singular título lo ostenta el frigorífico, que está conectado y en funcionamiento permanentemente y supone un 30% del total de la factura anual de una vivienda, mientras que el horno sólo supone un 8%.

¿Por qué está extendido este error? Pues en parte porque calentarlo rápidamente a la máxima potencia exige un alto consumo, pero su uso a estos niveles es más limitado y luego bajamos temperatura el resto de la elaboración de la receta.

Además, el impacto en la factura dependerá obviamente del tramo horario en el que se utilice. Y, por otra parte, es un electrodoméstico que no se suele utilizar todos los días, por lo que comparado anualmente es casi cuatro veces más barato que el frigorífico en un hogar medio.

La medida común de los electrodomésticos para indicar la potencia es el KW (kilovatio). Por ejemplo, una nevera cuenta con una potencia de 250 a 1000 KW y un aire acondicionado entre 900 a 2500 KW. La potencia de un horno eléctrico puede variar entre 1200 y 2200 KW si es un modelo de alto rendimiento. Similar a la lavadora, el lavavajillas e incluso algunas vitrocerámicas.

La eficiencia energética del horno es importante a la hora de definir su consumo energético. La potencia de un horno eléctrico puede ser inferior y trabajar de manera eficiente si adquieres un modelo de alta gama, es decir, de clase A +++ o de media A ++ o A +, si te mantienes en B no está mal, pero ya más bajo de eso el consumo del aparato será deficiente.

Además, si utilizas la función de pirólisis, que permite la autolimpieza del interior del aparato, incrementa considerablemente el consumo, ya que eleva la temperatura interior hasta 500 grados para calcinar la suciedad. Y esa función tiene un alto coste, ya que te puede costar el doble limpiarlo que cocinar.

En definitiva son muchos los factores que pueden encarecer el uso del horno, sobre todo su incorrecto uso, pero los expertos señalan que no tiene por qué ser una electrodoméstico caro de utilizar.

Para ayudar a optimizar el consumo de tu horno eléctrico estos son algunos útiles consejos, además obviamente de evitar si puedes las horas punta, las para bajar tu factura de la luz a fin de mes.

Evita abrir constantemente la puerta del horno

Es un consejo bastante sencillo de aplicar. Seguramente nunca te imaginaste que el abrir constantemente la puerta del horno eléctrico podría significar un mayor gasto en el consumo energético. Si abres constantemente la puerta de tu horno eléctrico, este pierde calor por lo que necesitará volver a calentarse para alcanzar la temperatura de cocción, lo cual implica un gasto mayor de energía.

Precalienta el horno

Muchas recetas sugieren precalentar el horno eléctrico mientras estás elaborando la receta, debes saber que esta no es una sugerencia al azar, sino que tiene su razón de ser y guarda relación con el ahorro energético. Si precalentamos el horno eléctrico en recetas de rápida cocción como las pizzas, estarás ahorrando un tiempo importante de horneado y, por ende, realizarás un menor gasto.

Elabora, su puedes, varias recetas

Si tienes pensado preparar diversas comidas al mismo tiempo no esperes a que una esté lista para colocar la siguiente comida. Pierdes tiempo valioso y energía si cocinas a destiempo, por lo que te sugerimos introducir varias recetas a la vez y monitorear la cocción de cada una.

Aprovecha el calor residual y el ventilador

Cuando el tiempo de cocción de una receta es muy extenso suele significar un mayor gasto de energía en el equipo, pero existe un pequeño truquillo práctico. No hay necesidad de mantener encendido el horno eléctrico durante la hora de cocción, sino que unos 10 a 15 minutos antes puedes apagar el equipo y aprovechar el calor residual para terminar de cocinar la receta.

También puedes utilizar el ventilador para hornear varios platos a la vez y lograr un ahorro extra.