El BBVA baraja todas las opciones, incluso retirar la opa

El BBVA está evaluando las condiciones que le ha impuesto el Gobierno español para decidir si sigue adelante o no con la opa. Y, de momento, no descarta ninguna opción. "Estamos valorando la decisión del Gobierno de imponer una condición adicional a la adquisición del Banco Sabadell. Estamos en ese análisis y en próximas fechas se sabrá algo", se limitó a decir este miércoles el responsable del BBVA Peio Belausteguigoitia en los Cursos de Verano organizados por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Menéndez Pelayo.

"Nuestro deber es tener todas las alternativas y posibilidades", señaló y reiteró que el banco tomará una decisión "en breve". Recordemos la exigencia del Gobierno de Sánchez anunciada el martes por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo: que ambas entidades mantengan independencia jurídica, patrimonio separado y autonomía en la gestión durante entre tres y cinco años. Esto significa que en ese tiempo no puede haber fusión, ni despidos, ni cierre de oficinas. Si a pesar de ello el BBVA sigue adelante con la opa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene que esperar a que el banco vasco actualice el folleto de la opa con las condiciones que le ha impuesto tanto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) como el Gobierno español para analizarlo y después aprobarlo. Esto tardaría tres semanas.

También está la opción de que el banco presidido por Carlos Torres decida acudir al Tribunal Supremo para lograr la suspensión del acuerdo del Consejo de Ministros como medida cautelar.O retirar la opa. Todas las alternativas están sobre la mesa y en el fondo del asunto la rentabilidad de la operación. Porque las condiciones impuestas por el Gobierno español limitan, al menos por el momento, el ahorro de 850 millones en sinergias que el BBVA había proyectado. Según sus cálculos, 450 millones procederían de ahorros administrativos, 300 millones por la reducción de plantilla y cierre de sucursales y los otros 100 millones de ahorros financieros.

Y, claro, si no puede realizar despidos ni cerrar oficinas durante al menos tres años son 300 millones menos que se ahorra. Y luego está el tema administrativo, esos 450 millones, que vendrían básicamente de la integración tecnológica de ambas entidades. Belausteguigoitia explicó que están analizando al detalle el documento del Gobierno español, que contiene más información de la anunciada el martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Y sobre ese ahorro previsto de 850 millones y que ahora está en duda, el responsable del BBVA indicó que ya hace unos meses avanzaron que "la mayoría de las sinergias" se lograrían incluso sin fusión porque venían especialmente del ámbito tecnológico. La cuestión es que todavía no queda claro si va a poder salvar este escollo al completo; dependerá de lo estricto que sea el Gobierno con la gestión autónoma de las dos entidades y qué medidas tiene capacidad para adoptar el BBVA. Lo cierto es que el requisito del Ejecutivo español es algo que ya barajaba el banco vasco, ahora falta ver qué decide.

"Sinergias positivas"

También habló este miércoles la directora de la Territorial Norte de BBVA, Marta Alonso, quien explicó que "siempre han defendido la bondad de la operación" porque "genera todo tipo de sinergias positivas". La directiva hizo esta valoración tras la presentación en Bilbao del informe económico de BBVA Research sobre la situación económica de Euskadi. “La decisión a adoptar se está valorando al más alto nivel de la organización” y en los próximos días habrá “noticias al respecto”, señaló, coincidiendo con lo expuesto por Belausteguigoitia.