"Yo no llevaría el salario mínimo vasco a un Congreso en el que Junts tiene una voz prioritaria"
Santi Martínez (Barakaldo, 1977) fue elegido secretario general de CCOO Euskadi en el último congreso celebrado los días 15 y 16 de mayo en sustitución de Loli García
Consciente del distanciamiento entre ciudadanía y sindicalismo, el nuevo secretario general de Comisiones Obreras Euskadi, Santi Martínez, se ha marcado como prioridad revertir la situación y volver a colocar al sindicato en el centro de la vida de la clase trabajadora.
¿Cómo afronta el reto? ¿Qué prioridades se ha marcado?
Creo que el reto para el sindicalismo general y para Comisiones Obreras en particular es remarcar la utilidad del sindicato para dar unas respuestas lo más sólidas, colectivas y solidarias posibles frente a un contexto de incertidumbre, de trazo grueso, de inmediatez, muy líquido. Una de las principales tareas será acercar el sindicato a la gente.
Un salario mínimo propio ha sido una de las principales reivindicaciones del sindicalismo vasco en los últimos meses. Tras el fracaso con la patronal, ELA y LAB apuestan a la vía de la ILP. ¿Y CCOO?
¿Estamos por un salario mínimo de convenio en Euskadi? Sí. Estábamos las cuatro grandes organizaciones sindicales y teníamos una resolución del Parlamento Vasco de marzo de 2023 en la que se instaba a las organizaciones sindicales y a la patronal a llegar a un acuerdo en torno a un salario mínimo de convenio. Pero, ante ese mapa, lo que tenemos es una patronal que decidió practicar el absentismo consciente con respecto a la negociación. Lo que hemos hecho desde CCOO es hacer un llamamiento al Gobierno para que se implique, hay que seguir presionando a la patronal. ¿Qué le pasa a la vía de la ILP? Para empezar, que es una vía que no es plural del todo, porque no estamos ni CCOO ni UGT porque no se nos llamó. Otra cuestión es que la ILP es una herramienta válida, pero no es la nuestra.
Fracasa el intento de establecer un salario mínimo vasco
¿Por qué?
Porque creemos que puede tener un cierto peligro de desmontaje del salario mínimo estatal como línea de base común. Y me explico, esto va a pasar dos filtros, uno del Parlamento Vasco, en el que no hay peligro relativo de que se desvirtúe, pero donde se va a negociar de verdad es en el Parlamento español. Y la composición del Parlamento español no nos genera mucha esperanza. ¿Por qué? Porque a ver si con la sana intención de estructurar un salario mínimo vasco vamos a destrozar el salario mínimo a nivel estatal. Las organizaciones promotoras saben que a las patronales territoriales no les suena tan mal esto del salario mínimo adaptado a la realidad de cada territorio. Lo que pasa es que les suena bien para adaptarlo a la baja en algunos territorios. Y si la foto final es que conseguimos un salario mínimo vasco por encima del salario mínimo español, pero hay otras comunidades autónomas que salen perjudicadas porque su salario mínimo va a ser menor que ese salario base, es decir, el estatal, pues no queremos estar en esa foto. Y luego hay partidos políticos de los que no te puedes fiar, yo no llevaría esto a un Congreso donde Junts tiene una voz prioritaria.
Hubo unidad sindical en el intento de sentar a la patronal a negociar un salario mínimo de convenio, pero la unidad ha durado poco, solo hay que ver cómo se han resuelto los conflictos en la educación pública y en Bridgestone.
Aquí lo que ha habido son dos conflictos en los que una de las organizaciones sindicales ha quedado fuera y el resto está dentro. La que tiene que hacerse preguntas es la organización sindical que se queda fuera. Creo que en ambos casos ha habido una sobredimensión de la épica del conflicto. La épica del conflicto es importante y es importante mantenerla, pero si no va acompañada de una épica del pacto no vamos a lograr ningún beneficio para la clase trabajadora. Si la épica del conflicto se queda en conflicto es que el conflicto era un fin en sí mismo y lo que no buscabas era beneficiar a la clase trabajadora.
"ELA tiende a generar un discurso en el que el resto sobramos"
Es muy crítico con la estrategia de ELA.
Soy crítico con la estrategia de ELA porque tiende a generar un discurso y una narrativa en la que el resto de organizaciones sindicales parece que sobramos. En los dos conflictos que mencionabas hay una diferencia. En el de educación, ELA ha decidido no estar en el acuerdo porque no le parece suficiente. En Bridgestone, las organizaciones sindicales consiguen, tras la movilización, un cambio de postura de la empresa y preguntan al conjunto de los trabajadores si les parece suficiente o no la nueva propuesta. ¿Y qué ha hecho ELA? Decir, antes incluso de la votación, que decidan lo que decidan los trabajadores no lo van a aceptar. Lo que ha habido es una especie de despotismo ilustrado; gobierno para el pueblo pero sin el pueblo.
El debate migratorio está candente, un debate vinculado por cierto a la necesidad de trabajadores tanto de Euskadi como del Estado. ¿Cómo ve las nuevas normativas, iniciativas y discursos en torno a él?
El hecho migratorio va a ser foco de debate en la sociedad española y en la sociedad vasca de aquí a muchos años, porque la tasa de natalidad está por debajo de la tasa de reposición desde los años 80 y porque el propio Banco de España reconoce que en 2053 van a hacer falta 24 millones de inmigrantes más. Ante ese debate no podemos ponernos de perfil. Las políticas públicas tienen que ir en tres líneas: políticas de acogida, políticas de integración social y políticas de integración laboral. El enfoque de derechos humanos es el que se ha priorizado en la política vasca los últimos años. Ese es el label vasco. Ahora se ha empezado a introducir el término selectivo y me parece peligroso.
"La industria vasca no puede ver en la industria armamentística el balón de oxígeno de futuras crisis"
¿Es el rearme/defensa europea una oportunidad para la industria vasca?
Sin hacer una valoración ética, los números del "sector armamentístico exportador" en Euskadi muestran que no tiene un gran peso. Creo que la industria vasca no puede ver en la industria armamentística el balón de oxígeno de futuras crisis.
En el último Primero de Mayo tuvo un importante protagonimo el contexto internacional. Llama la atención que no lanzaran críticas al rearme europeo como otros sectores de la izquierda.
A nivel de CCOO Euskadi nuestro primer mensaje fue de solidaridad con el pueblo palestino y de condena al genocidio israelí. Ese fue nuestro mensaje principal en el plano internacional. ¿Hubo partes del sindicalismo que se centraron en el tema del rearme? Sí. Nosotras tenemos una lectura distinta, que es el refuerzo de las capacidades autónomas a nivel de Europa, creo que es un mensaje más posibilista y más realista. Tenemos que ser serios, queremos una Europa reforzada en lo social y en lo industrial, ¿esto significa que tenemos que apostar por empresas armamentísticas? Yo creo que no y lo hemos dicho de forma clara.
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