El sector de la automoción mira hacia Marruecos: ¿amenaza u oportunidad?
Mientras Euskadi teme por sus exportaciones a Europa, el país se consolida como centro estratégico
El sector de la automoción en el Norte de Áfricaha crecido de forma significativa en los últimos años, con un importante aumento en la producción de vehículos y sus componentes. Y entre todos los países destaca Marruecos, que se ha convertido en un destino atractivo para las empresas, como muestra la presencia en el país de Renault y Stellantis. Su secreto está en su cercanía con las cadenas de suministro europeas, acuerdos comerciales con mercados estratégicos como la misma UE, Turquía y varios países árabes, costes de producción más bajos y políticas gubernamentales de incentivo. Un ecosistema que también ha llamado la atención de fabricantes chinos, que han ido aumentando su presencia e inversiones en el país magrebí.
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Ante un mercado que puede ponerse cada vez más competitivo, que es lo que teme el sector tras la imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos, ¿es la industria automovilística marroquí un desafío o una oportunidad? “Desde el punto de vista de las empresas fabricantes de componentes para automoción, Marruecos representa sin duda un desafío, ya que se trata de un mercado emergente que competirá con las plantas europeas en el suministro al mercado europeo. Sin embargo, también puede entenderse como una oportunidad”, analiza la agencia vasca de internacionalización (Basque Trade & Investment), que este mes ha publicado un exhaustivo análisis sobre la automoción en el Norte de África.
“El sector en Marruecos está traccionado principalmente por OEM –fabricante de equipo original– franceses, por lo que las empresas vascas deben valorar su posicionamiento de cara a cualquier estrategia que quieran desarrollar en ese mercado”, añade. Para BTI, factores externos como el riesgo continuo de interrupciones en el transporte marítimo en el Mar Rojo y el aumento de barreras comerciales para los vehículos chinos por parte de la Unión Europea y Estados Unidos hacen de la región un entorno atractivo para la internacionalización de las empresas vascas. Actualmente, en Marruecos existen cinco implantaciones productivas vascas.
“Por otra parte, desde la perspectiva de las empresas de servicios o fabricantes de máquina-herramienta, este mercado puede ofrecer oportunidades, impulsado por el aumento de inversiones tanto en el ámbito comercial como de cooperación tecnológica”, subrayan desde la agencia vasca. Sobre los desafíos ya habló hace unos meses el presidente de la Corporación Mondragon, Pello Rodríguez, al advertir sobre la presencia china en el país magrebí. “Europa está permitiendo que plantas chinas se instalen en Marruecos y que fabriquen piezas que luego se colocan a precio de saldo en Europa. Tiene que haber una política de protección a la industria para los fabricantes europeos”, pidió.
Rodríguez se refería a la apuesta de empresas asiáticas por Marruecos como centro logístico para producir y exportar a Europa baterías para coches eléctricos, aprovechando precisamente su situación geográfica, sus acuerdos comerciales, sus recursos y un ecosistema de automoción ya existente. Un ecosistema que se ha ido creando en los últimos 15 años. Hasta entonces era prácticamente inexistente en el país. Hoy en día, en cambio, cuenta con más de 250 empresas, incluyendo fabricantes como Renault, Stellantis y la emergente Neo Motors, que genera exportaciones anuales por casi 14.000 millones de dólares.
La industria de fabricación de automóviles ha sido el mayor sector exportador de Marruecos desde 2016. Sin embargo, su desempeño seguirá dependiendo del rendimiento económico de sus principales mercados de exportación en Europa, donde las previsiones de crecimiento son moderadas entre 2025 y 2029. Y donde la política arancelaria de Estados Unidos puede cambiar el panorama. Para empezar, incrementando la competencia en el mercado europeo, adonde el sector vasco exporta productos por valor de 1.200 millones de euros. Según los analistas, muchas exportaciones europeas que antes tenían como destino Estados Unidos terminarán quedándose en el mercado interno, compitiendo a su vez con productos chinos y marroquíes.
Un reto para Marruecos son los vehículos eléctricos, que aunque ya produce requerirá de una mayor especialización en fabricación e inversión. Las autoridades están trabajando para atraer más fabricantes de baterías para vehículos eléctricos –ahí están las empresas chinas–, pero desde BTI creen que esta política puede llevar a los fabricantes europeos a producir más vehículos eléctricos en el país magrebí.
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