Eduardo Zubiaurre representa la tercera generación de una empresa familiar que este año celebra su centenario. Tras su paso por la Universidad de Deusto y por una consultora internacional, llega a Jaz Zubiaurre en 1989 y seis años más tarde fue nombrado director comercial. En 1999 accedió a la dirección general donde ha adquirido una visión global de un negocio con futuro.
¿Cuáles son las claves para permanecer 100 años?
Mucho trabajo, esfuerzo y compromiso. Para hacer frente a las adversidades, hemos apostado por la buena gestión y servicio, por la innovación y, supongo, también hemos tenido suerte.
¿Qué hitos destacaría de esta trayectoria?
Tuvimos un inicio en 1924 algo curioso protagonizado por un señor (Domingo Zubiaurre, abuelo de Eduardo) y un primo suyo, de familia de pulidores, que trabajaban para la industria del arma tan arraigada en Eibar en esos tiempos, pero pensaron que las herramientas que empleaban se podían comercializar, y comenzaron a vender a Unceta, una empresa emblemática de Eibar. Al poco tiempo estalló la guerra, y el abuelo tuvo que exiliarse. Otro hito se da en la década de los 50, cuando se incorpora la segunda generación (Javier Zubiaurre, padre de Eduardo) que da al negocio un cariz más industrial mejorando los procesos e iniciando la labor comercial. A partir de ahí, empieza un camino que tuvo otro hito en la internacionalización. Trabajamos un mercado de nicho, y el consumo interno no fue suficiente, por lo que apostamos por la internacionalización.
Jaz Zubiaurre es una empresa que se ha caído y ha sabido levantarse. ¿Cuáles han sido los principales obstáculos y cómo se han salvado?
En 100 años hay momentos de todo tipo, dulces y críticos. Entre los últimos se encuentran la autarquía franquista, que paraba la economía si no llegaban divisas o la crisis de los 80 con la reconversión industrial. Afortunadamente, a nivel interno no hemos tenido dificultades, no hemos tenido que aplicar EREs, lo que nos ha permitido afrontar en mejores condiciones estas situaciones.
¿A qué responde la apertura de una filial en Estados Unidos?
Ya en los años 80 Estados Unidos era un mercado muy importante para nosotros, donde teníamos grandes clientes, sobre todo marquistas. Sin embargo, nos encontrábamos con el problema de la distribución porque se trata de un mercado muy bien abastecido y habituado al servicio cercano, por lo que teníamos fuertes competidores. De ahí que a finales del siglo pasado, en 1999, abriéramos la filial comercial que, si bien tuvo unos inicios difíciles, con los años hemos recogido los frutos. En la actualidad, somos el cuarto proveedor en el mercado estadounidense, tras los tres primeros que son locales, y el proyecto está creciendo.
¿Contemplan una operación de estas características en otro punto geográfico?
Nuestros mercados principales están en Europa y en Estados Unidos, y consideramos que con la planta de Eibar para Europa y la filial en Estados Unidos estamos muy bien ubicados en ambos continentes.
En un momento en el que se alerta de la falta de relevo generacional, ¿cómo se consigue mantener el carácter familiar de una empresa durante 100 años?
Las principales dificultades están en mantener el negocio. Al principio, es más fácil porque se cuentan con más apoyos pero en la medida que crece y resulta necesario incorporar a más profesionales, no es tan fácil encontrar a personas en la familia que se involucren, y nosotros no somos una excepción. Estudios apuntan a que sólo un tercio de las empresas familiares pueden mantener este carácter con el paso de las generaciones. En nuestro caso, somos una familia muy amplia, y algunos sobrinos y nietos ya están comprometidos con la empresa mientras que otros se van a incorporar. La familia sigue apostando.
Al margen del acto oficial, Jaz Zubiaurre se va a “regalar” un plan de inversiones. ¿En qué consiste?
Es el producto de años de crecimiento, con una facturación el pasado ejercicio de 11 millones de euros y una previsión de crecimiento para este año del 10%. Tenemos previsto destinar 3 millones de euros a inversiones muy dirigidas a medios productivos, es decir, a maquinaria. Nuestro objetivo es ampliar nuestra capacidad productiva actual y acompañar a la actividad en Estados Unidos. En concreto, el plan contempla incrementar un 30% la fabricación en la planta de Azitain, sobre todo la de aquellos productos que son menor acogidos en Estados Unidos, a quienes vendemos más del 50% de nuestra producción. Por este motivo también ampliaremos de 2.000 metros cuadrados a 3.500 la nave logística de nuestra filial LAZ USA en Massachusetts.
¿Cómo ve a Jaz Zubiaurre en los próximos 10 años?
Veo un proyecto, una empresa capaz de detectar oportunidades. Confío en que quienes sigan, porque yo ya estaré jubilado, se mantengan en la línea actual que nos ha dado el éxito y que se basa en cercanía al mercado, buen servicio, atención a las oportunidades y a los clientes, y apuesta por la inversión. La empresa tiene buenos cimientos, con una larga trayectoria acumulada y un profundo conocimiento del producto, que afianza su pervivencia.