La cadena de tiendas The Body Shop, dedicada a productos cosméticos naturales, ha entrado en concurso de acreedores, lo que pone en peligro unos 2.000 empleos.

No obstante, las tiendas permanecerán abiertas como siempre mientras los acreedores intentan salvar la compañía, creada en los pasados años 70 por la empresaria Anita Roddick, que abrió su primer negocio en la localidad de Brighton, en el sur de Inglaterra.

Los administradores -FRP- han indicado que se van a considerar todas las opciones y que, al entrar en concurso de acreedores se "proporciona la estabilidad, flexibilidad y seguridad para encontrar los mejores medios para asegurar el futuro" de la cadena.

"Los administradores considerarán ahora todas las opciones para encontrar una salida para el negocio y informarán a los acreedores y empleados a su debido tiempo", agregó FRP.

"Después de haber tomado medidas rápidas durante el último mes, incluido el cierre de The Body Shop At Home y la venta de su negocio en la mayor parte de Europa y partes de Asia, centrarse en el negocio del Reino Unido es el siguiente paso importante en la reestructuración de The Body Shop", puntualizó FRP.

"The Body Shop sigue guiándose por su ambición de ser una marca de belleza moderna y dinámica, relevante para los clientes y capaz de competir a largo plazo. Crear un negocio británico más ágil y financieramente estable es un paso importante para lograrlo", indicó.

El anuncio de hoy se conoció semanas después de que los nuevos propietarios, la firma europea de capital privado Aurelius, tomasen el control del negocio.

The Body Shop -que Roddick había vendido originalmente en 2006 a L'Oreal- se ha enfrentado a un largo período de desafíos financieros, coincidiendo con un entorno comercial difícil para el sector minorista.

El éxito de la cadena -iniciado en 1976- la convirtió en una marca global, pionera en el comercio ético y en una postura contraria a probar productos cosméticos en animales.

Se espera que los administradores intenten reducir considerablemente los costes, incluidos los de propiedades y alquileres, lo que podría conducir a recortes de empleo.