El envejecimiento de la población ha puesto contra las cuerdas al sistema de jubilación y el Ministerio de Seguridad Social busca fórmulas para romper la tendencia, sumando más personas en el lado de la balanza de los trabajadores y restarlas del de los pensionistas. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, defendió ayer en ese sentido la jubilación parcial más allá de la edad ordinaria del retiro, porque “hay trabajadores que quieren seguir trabajando más” del límite que marca la última reforma.

Todo ello a pesar de que se trata de una medida a la que accede un número reducido de trabajadores cada año. Según los datos oficiales, el año pasado un total de 221 asalariados, siete menos que en 2021, decidieron acogerse al mecanismo que permite retrasar la jubilación más allá de la edad ordinaria a través de un contrato parcial.

Esa cifra supone un 0,1% de los casi 215.000 trabajadores que se retiraron en 2022 a la edad correspondiente y el porcentaje es todavía menor (0,06%) en relación al número total de jubilados, incluidos los anticipados. En estos momentos no compensa retrasar la edad de la retirada: la retribución media roza los 949 euros al mes, 350 euros menos que la media del sistema y 500 menos que los que se jubilan de forma anticipada porque ya han cotizado los años máximos previstos en la normativa. De modo que la jubilación parcial es, en cierta medida, el refugio de los trabajadores que no llegan a la edad mínima de cotización.

Una circunstancia que chirría con el propósito del Gobierno central de incentivar el alargamiento de la vida laboral. La titular de Seguridad Social recordó en este sentido que el Ejecutivo de PSOE y Sumar está trabajando en la actualidad con sindicatos y patronal para una nueva regulación de la compatibilidad entre trabajo y pensión. En estos encuentros se ha puesto sobre la mesa el retiro anticipado en profesiones penosas, la jubilación parcial y el contrato de relevo; y posibles cambios en las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social.

medida voluntaria

“Queremos favorecer la salida gradual y basada en la voluntariedad del mercado de trabajo”, indicó Saiz durante su comparecencia en el Congreso para explicar las líneas generales de su departamento esta legislatura. A renglón seguido, se refirió a encuestas que demuestran que “hay trabajadores que quieren seguir trabajando más allá de la edad ordinaria”. Pero, eso sí, lo quieren hacer “con unas condiciones que favorezcan su actividad” y por eso es una cuestión que el Ministerio ha comenzado a analizar con los interlocutores sociales.

En lo que respecta a la sostenibilidad de la Seguridad Social, la ministra apuntó que el déficit de esta se ha reducido en más de un punto desde 2018 y cerró el ejercicio pasado en el 0,5% del PIB, lo que conducirá próximamente “al equilibrio presupuestario”.

Elma Saiz apuntó también que se ha recuperado el Fondo de Reserva, conocido como la hucha de las pensiones, que en la actualidad acumula más de 5.500 millones de euros. Al mismo tiempo, el peso de las jubilaciones voluntariamente demoradas, sin acogerse a la jubilación parcial, se ha duplicado en 2023 frente a 2022. Y todo ello, dijo la ministra, mientras los pensionistas ven cómo el poder adquisitivo de sus pensiones “está garantizado a pesar de unos niveles elevados de inflación en los últimos dos años”.