Nuevas reglas para un nuevo ciclo en el que la descarbonización es un objetivo irrenunciable y marca un camino muy definido, incentivar toda inversión en energía renovable que modifique el esquema actual de desarrollo de las renovables. La Ley de Transición Energética y Cambio Climático, acordada por el PNV y el PSE-EE con EH Bildu, superó ayer su penúltimo trámite en el Parlamento Vasco con la aprobación del dictamen del proyecto en comisión.

El texto legislativo, sobre el que los partidos que integran el Gobierno Vasco (PNV y PSE) cerraron un acuerdo el pasado día 19, insta al Ejecutivo a iniciar un proceso de desinversión en proyectos de exploración o explotación de combustibles fósiles para reinvertir dichos fondos en energías renovables.

La ley incluye, asimismo, la creación de un canon o impuesto directo a la implantación de energías renovables en suelo no urbanizable y la obligación de destinar el 2,5% de los presupuestos públicos a actuaciones de acción climática. Movimientos todos ellos destinados a incentivar el cambio de paradigma energético.

El dictamen del proyecto fue aprobado ayer lunes por la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara vasca con el apoyo de PNV, PSE y EH Bildu, mientras que Elkarrekin Podemos-IU y PP votaron en contra. La aprobación definitiva de la ley se producirá en una próxima sesión del Pleno del Parlamento, en el que jeltzales, socialistas y soberanistas suman 62 escaños sobre un total de 75. Mayoría absoluta.

En el debate en comisión, el parlamentario del PNV Unai Grajales afirmó que el acuerdo entre los partidos que integran el Gobierno y el principal grupo de la oposición es fruto de la “complicidad” con la que han sabido actuar estas formaciones con el fin de buscar “un equilibrio entre deseo y realidad”. “Tenemos una base común; necesitábamos un acuerdo amplio y hay quienes lo han entendido y quienes no lo han entendido o, aún entendiéndolo, no han querido participar”, resaltó.

Desde EH Bildu, Mikel Otero mostró la satisfacción de su grupo con el acuerdo, dado que esta es una ley “necesaria, realista y buena”. “No vamos a decir que sea perfecta, pero es una buena ley”, precisó, tras lo que aseguró que las aportaciones introducidas por EH Bildu al documento inicial han “transformado” el proyecto hasta el punto de que esta es “otra ley”.

“Mensaje claro”

Por parte del PSE-EE, Alberto Alonso recordó que “todos los estudios sociológicos nos advierten de que la ciudadanía siente miedo” ante el cambio climático y “mira a sus instituciones en busca de respuestas”. En este sentido, destacó que, con su acuerdo, PNV, EH Bildu y PSE envían “un claro mensaje” a la sociedad al “anteponer la responsabilidad” a cualquier otro interés, y diseñar “una hoja de ruta ambiciosa” frente a la crisis climática.

Por parte de Elkarrekin Podemos-IU, Gustavo Angulo echó en falta una mayor “ambición” en los objetivos y medidas contempladas en el documento. Como ejemplo, explicó que la ley establece un objetivo de reducción de emisiones de CO2 para 2030 del 33% respecto a 1990, cuando la Unión Europea “ha aumentado este mismo objetivo al 55%”. El parlamentario del PP Carmelo Barrio criticó la “imposición” de un canon a los nuevos proyectos de instalaciones de energías procedentes de fuentes renovables. El representante popular denunció que esta figura “va en contra de la seguridad jurídica”, puesto que no se ve acompañada de informes técnicos, jurídicos y económicos respecto a su “incidencia” o alcance.

La estrategia energética vasca tiene como misión apoyar la consolidación de una red competitiva de empresas y agentes científico-tecnológicos dentro del sector de la energía, que contribuya a la especialización inteligente de la economía vasca y se erija en fuente de riqueza, empleo y calidad de vida para Euskadi.