La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) ha abierto un debate en la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y, posiblemente, también en el Banco Central Europeo. El hundimiento del banco, que toma cuerpo como un intento de voladura controlada por parte de las instituciones estadounidenses para impedir que se llevase por delante a otros, aparece como consecuencia, según los analistas, de las implacables subidas de tipos de interés por parte de la Fed, lo que podría provocar que el organismo que rige la política monetaria de Estados Unidos dé marcha atrás a su previsión de ordenar un nuevo aumento en el precio del dinero la semana que viene. Aunque los expertos siguen descartando un efecto contagio en los bancos europeos, el BCE podría optar mañana también por aplazar cualquier retoque en los tipos. Mientras, las bolsas dieron signos de mejora, con los bancos recuperando posiciones, especialmente en Wall Street.
Las últimas subidas de tipos de interés están ayudando a contener la inflación en Estados Unidos –ayer se conoció que en febrero fue del 6%, cuatro décimas inferior a la del mes anterior– pero están provocando también que los bancos más débiles del país estén pasando algunos apuros. Para los expertos, el BCE podría seguir los mismos pasos que la Fed y apostar por un enfoque más cauto que en sus reuniones previas, en las que abogó sin ambages por aplicar subidas en el precio del dinero. Mientras tanto, el euríbor, el índice al que se referencia la mayor parte de las hipotecas variables, cayó ayer del 3,9% al 3,5%.
INVESTIGACIÓN
Por otra parte, el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU están investigando la caída de Silicon Valley Bank. Según el diario The Wall Street Journal, tanto el consejero delegado del banco californiano, Greg Becker, como el director financiero, Daniel Beck, vendieron acciones de la entidad semanas antes del colapso del banco. El primero obtuvo 2,3 millones de dólares por la venta de sus títulos el 27 de febrero –el mismo día en que las había adquirido–, en tanto que Beck traspasó sus acciones por 575.000 dólares esa misma jornada. Curiosamente, ese día entró en vigor una norma, por parte de la Comisión de Bolsa, que endurece las operaciones de venta de acciones para disipar cualquier sospecha de información privilegiada.
Además, la agencia de calificación Moody’s elevó ayer la inquietud al degradar su perspectiva para el sistema bancario de Estados Unidos, que pasa de “estable” a “negativa” por los riesgos en la gestión de activos y pasivos de los bancos de EEUU. Asimismo, Moody’s anticipó que el país entrará en una recesión leve en la última parte de 2023, y que el crecimiento del PIB real permanezca por debajo de la tendencia en 2024, con un aumento gradual en la tasa de desempleo, lo que permitirá que la inflación disminuya, permitiendo a la Fed pasar a una postura de política neutral en 2025.
Por último, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, insistió ayer en la fortaleza del sistema bancario europeo para hacer frente al acontecimiento “único” que supone la quiebra de Silicon Valley Bank, al tiempo que pidió vigilar la situación. “El Banco Central Europeo considera que se trata de un acontecimiento único e idiosincrático, que los bancos europeos tienen un alto nivel de liquidez y reservas de activos de alta calidad”, destacó Calviño.