La apuesta por las energías renovables como solución a la alta dependencia de las fósiles recibió un impulso en Euskadi con el anuncio de la compañía de renovables noruega Statkraft de dos proyectos para instalar sendos parques eólicos en Gipuzkoa. Otra empresa de este sector, la madrileña Capital Energy, ya había mostrado su interés por este territorio el año anterior, cuando inició el proceso administrativo para crear cuatro parques eólicos en diferentes localidades guipuzcoanas que en la actualidad siguen su curso, a los que ahora se unen los de Itsaraz y Piaspe de Statkraft. Estos dos últimos contemplan una inversión de 90 millones de euros para crear una infraestructura con una capacidad de 86 megavatios en los municipios de Eskoriatza, Azpeitia, Errezil y Zestoa, varios de ellos gobernados por EH Bildu. Si bien dirigentes de esta coalición como Arnaldo Otegi o Maddalen Iriarte mostraron su conformidad inicial con estos proyectos porque, según señalaron, tienen un fuerte carácter socializador y cuentan con el entorno en el que se enclavan, los alcaldes de EH Bildu de estos municipios expresaron sus dudas tras la celebración de asambleas con sus vecinos. Piden más tiempo para valorar los proyectos antes de dar su aprobación.

Amazon 

La oposición municipal, y de otros colectivos, está en la base del desestimiento por parte de Amazon de instalar un almacén logístico Lanbarren de Oiartzun, en los terrenos que ocupaba Transportes San José López que se trasladó a otro enclave. El gigante de la logística estadounidense mostró su interés por alquilar esta parcela al dueño del terreno de 42.000 metros cuadrados, el fondo de inversión Panatonni, para crear el segundo almacén logístico en Euskadi, tras el que ya funciona en Trapagaran (Bizkaia). Su cercanía con los puertos de Pasaia, Bilbao y Santander fundamentaban este interés, dado que se adecuaba al reparto de última milla y facilitaba la distribución en el sur de Francia. Por este motivo, inició los trámites en el Ayuntamiento de Oiartzun para obtener la licencia de actividad pero la fuerte oposición encontrada entre comerciantes, sindicatos, grupos sociales e incluso el propio consistorio le hizo cambiar de opinión y olvidar este proyecto.