Juan Mancisidor defiende que cuanto mejor están las personas en una organización más resultados se consiguen, lo que se encuentra en la base de la nueva cultura que impulsa Adegi y que dentro de pocos meses se concentrará en el nuevo edificio Fabrika.

¿Qué es Fabrika? 

–Es un centro de alto rendimiento para transformar la cultura de las empresas y las organizaciones. Es un lugar para entrenar, aquí las personas y los equipos vienen a propiciar la transformación cultural. Nosotros entendemos la empresa como personas que se relacionan entre sí para hacer algo juntas y, por este motivo, está abierta a cualquier grupo humano, cualquier colectivo, cualquier organización, cualquier proyecto porque siempre tenemos personas interactuando con otras para hacer algo en unión.

¿Cómo trabaja? 

–La forma en la que las personas se relacionan en una organización no surge de manera casual ni cambia de una semana a otra, nosotros decimos que siguen reglas culturales y distinguimos entre las formales y las informales. Las primeras hacen referencia a cómo los equipos toman decisiones, afrontan problemas o fijan objetivos, que se hace muchas veces a la semana normalmente sin darse cuenta. Las informales son las que no se ven, como la afinidad, los roles, qué da valor a un equipo... que son elementos invisibles que se nos escapan en el día a día. Trabajamos todas estas reglas para mejorar las relaciones entre las personas que redundará en la consecución de grandes resultados. La gestión empresarial clásica era que para conseguir cosas hay que estresarse y sufrir, y nuestra propuesta es que cuanto mejor están las personas, más se consigue.

¿Propone Fabrika la solución? 

–No, porque los caminos para llegar al objetivo pueden ser varios según las reglas de juego que tenga la organización. Nosotros lo que hacemos es acompañar a los equipos para que ellos decidan cuál va a ser su cultura de empresa.

“La maquinaria y la tecnología se pueden comprar, pero las relaciones entre personas son genuinas de cada empresa”

Juan Mancisidor - Director de Fabrika

¿Por qué las personas?

–La maquinaria y la tecnología en un momento dado se puede comprar o imitar, pero las relaciones entre personas es muy genuino de cada empresa u organización. Y no basta con cursos y programas de liderazgo que hagan uno a uno esperando que luego sean capaces de cambiar las reglas de juego, porque no suele ser así. Es conveniente trabajar las habilidades personales, pero para hacer un cambio de cultura de la organización hay que ir más allá. 

¿Con qué tipología de empresa trabaja Fabrika? 

–No hay requisitos para entrar, trabajamos tanto con empresas de cuatro personas como con las de cientos y miles. Nosotros nos fijamos en cómo hacen lo que hacen, no qué tienen por lo que nos da igual que sea una empresa de máquina herramienta, de servicios, que sea una administración pública o que sea un club deportivo. Vale para cualquier empresa del mundo.

Vista general del edificio Fabrika situado en el Parque Tecnológico de Miramon en Donostia. Javier Colmenero

¿Tiene vocación internacional?

–Fabrika va a trabajar desde Gipuzkoa con cualquier empresa del mundo. Puede ser más fácil trabajar con organizaciones guipuzcoanas y de Euskadi, pero también podemos hacerlo con otras de cualquier otro punto mundial. Tenemos una vocación internacional que se demuestra en que ya nos estamos moviendo por algunas redes de Estados Unidos y México. Hemos hablado con agentes internacionales, algunos de los cuales ya han visitado este centro, para potenciar la colaboración que amplifique la posibilidad de Fabrika. En este sentido, analizamos la opción de ofrecer parte de los programas aquí en Donostia y otra parte en el mercado destino, y en breve vamos a poner en marcha una escuela de facilitadores para ir formando entrenadores por todo el mundo que puedan acompañar a los equipos allá donde estén. 

“Fabrika se va diluyendo a medida que la organización avanza en el método y adquiere más protagonismo en la definición de su modelo”

Juan Mancisidor - Director de Fabrika

¿Qué perfil tienen los entrenadores o facilitadores? 

–Un perfil bastante habitual viene del coaching y consultores que ya trabajan con equipos. Otros llegan del mundo de la empresa, donde han tenido responsabilidades con personas, han preparado cursos de formación y ahora se ponen en el lado de acompañar a equipos de empresas. Otros proceden del ámbito deportivo. Lo que tienen en común todos ellos es que han entrenado en el método Fabrika, por lo que no importa qué facilitador esté con una empresa porque todos van a transmitir el mismo método.

¿Qué características destacaría del edificio?

–Una es su capacidad de industrializar el método. Hasta ahora se ha desarrollado con equipos de personas en instalaciones de Adegi y se mezclaba con otras muchas actividades que organiza la patronal. Pensamos en que si queríamos hacer este proyecto más grande, más potente y que llegara a más empresas, había que construir una fábrica. Hemos pasado del garaje a la fábrica donde se fabrican cosas intangibles como la cultura, las relaciones, la confianza o la comunicación, pero se fabrican. Otra función importante es tangibilizar el método porque los conceptos son etéreos y no se sabe bien dónde están. Por eso, queríamos un lugar físico donde cualquiera pueda ver que se está fabricando y se está trabajando en todo esto. En este aspecto nos inspiró bastante el Basque Culinary Center, porque la gastronomía ya estaba, ya existía en muchos lugares, pero la concentraron en un edificio concreto.

¿Por qué acuden las empresas a la nueva cultura? 

–Hay varios tipos. Uno es el de las empresas que siempre han considerado importante cuidar las relaciones entre las personas, las que están en la vanguardia y ven en nosotros una magnífica oportunidad para seguir mejorando. Otro tipo es el de las empresas que han atravesado una situación de mayor tensión que ya te dice que hay algo que trabajar, y acuden a nosotros para ver cómo les podemos ayudar. También empieza a haber un perfil que va a iniciar un proceso como la digitalización o cambio de modelo de negocio y que entiende que solo con cambiar la tecnología no es suficiente y que en paralelo hay que trabajar la relación con las personas, porque se van a ver afectadas por los cambios. 

¿Qué respuesta reciben los facilitadores? 

–Desde el día uno los participantes notan un cambio bestial, sobre todo porque en este ámbito hay mucho margen de mejora, normalmente esto no se ha trabajado en equipo. Y es importante, porque ya darse cuenta es un grandísimo paso para entender y para empezar a hacer las cosas de una manera diferente. De hecho, muchos equipos al acabar el primer día nos dicen que ya en la reunión de la mañana siguiente van a aplicar lo trabajado. A medida que va avanzando el programa o programas, el impacto aumenta, se van dando modificaciones más potentes hasta el nivel de transformación que ya empiezan las maneras que tenían de hacer ciertas cosas.

“La propuesta de cambio es para toda la organización, la cultura no es la que le gustaría a la dirección o al líder”

Juan Mancisidor - Director de Fabrika

Un cambio fuerte. 

–Imaginemos la energía y el esfuerzo que se nos están escapando en pequeñas fugas internas que se producen con las disfunciones en la relación entre las personas, y no digo ya con lo que nos espera fuera, con los mercados y la competencia.

¿Qué objetivos a corto plazo manejan? 

–Queremos llegar a otros públicos, como son el mundo de la educación, los investigadores, las escuelas de negocios y las administraciones públicas, algunas de las cuales ya trabajan en el método Fabrika. A medida que nosotros también vamos observando, se genera un conocimiento para que de aquí a poco podamos compartirlo. En breve prevemos llegar a la ciudadanía en general con pequeños talleres con temas como la confianza o la gestión del conflicto con el objetivo de socializar nuestro conocimiento y que todos aprendamos nuevas maneras de hacer.

¿Fabrika no se limita entonces al mundo de las organizaciones? 

–Tenemos el sueño de que, a través de Fabrika, mejorando empresas y transformando personas, podamos mejorar la sociedad. Si transformas la manera de relacionarte en tu entorno profesional seguro que hay un gran cambio porque luego lo trasladas a tu familia, a tus amigos y a tus proyectos, y eso es un gran cambio social.