El político, diplomático y escritor Javier Rupérez (Madrid, 1941), secuestrado por ETA en 1979 y con un largo desempeño en funciones legislativas a lo largo de casi tres décadas, preside la Plataforma Denaria, una asociación que va a cumplir su primer año de vida y que busca alertar sobre los riesgos de limitar el uso del dinero en efectivo en la sociedad, así como de sus beneficios como herramienta de cohesión social.

¿Qué objetivos tiene la Plataforma Denaria? 

Es una confluencia de empresas que defienden el dinero en efectivo y de aquellas organizaciones y grupos ciudadanos que también lo necesitan. Es una plataforma cívica y transversal, sin colores políticos, para recordar que el efectivo existe. No es defender que todas las operaciones se hagan en efectivo, simplemente promovemos la libertad de elección para que el ciudadano tenga la capacidad de escoger el modelo más oportuno para sus necesidades. Hay colectivos que necesitan el efectivo: mayores, discapacitados, personas del ámbito rural...

Cada vez hay más actores en el sector financiero. ¿Veían en peligro esa libertad de elección?

Hay intereses totalmente legítimos para promover otra formas de pago, pero que al fin y al cabo obedecen a la búsqueda de unos rendimientos económicos. Todos somos conscientes de las comisiones que suponen el uso de las tarjetas, que en muchas ocasiones no revierten en la economía española sino en las de empresas de Estados Unidos. La Ley para la Defensa de los Consumidores establece un límite de 1.000 euros a las transacciones en efectivo, y queremos que ese límite vuelva a los 2.500 euros. La Ley responde a la necesidad de evitar el fraude, algo con lo que estamos de acuerdo, pero hoy en día la mayor parte del fraude está en los sistemas digitales.

El BCE ha recordado los peligros que implica un fallo en los sistemas de pago electrónico.

El ‘hackeo’ existe y, tal y como se están produciendo los ataques a infraestructuras digitales en todo el mundo, no es descartable que se pueda dar uno a escala global. Queremos que la nueva Ley de Seguridad Nacional garantice que en las reservas estratégicas monetarias haya una parte en efectivo. 

Asistimos a una situación económica cada vez más complicada por la inflación. ¿Manejar monedas y billetes contribuye a una mejor gestión del gasto? 

Ciertamente, el uso del efectivo no va a solucionar el problema de la inflación, pero ayuda a que los ciudadanos hagan frente a la situación. Siempre sabemos lo que vale el dinero en metálico, lo que no siempre se puede decir del dinero digital y las criptomonedas. El efectivo garantiza la privacidad en cualquier transacción y permite un mejor control de los gastos.

¿Les preocupa la reducción de sucursales y cajeros que se está dando en los últimos años?

En diez años el número de oficinas se ha reducido en España un 50%. En Denaria estamos trabajando con bancos y administraciones para encontrar una solución. Es apreciable la disposición de servicios públicos como Correos para crear recursos parecidos a los cajeros, pero las entidades financieras también tienen que aportar sus propias capacidades.

¿Cree que falta cultura financiera para conocer la importancia de la defensa del efectivo?

Hemos establecido con el Banco de España una conversación para promover la educación financiera: lo que cuesta una tarjeta, sus costes y beneficios... El 70% de los ciudadanos quiere que se pueda acceder al efectivo.