- "BasqueVolt es un proyecto en Euskadi para el mundo, diferente, diferencial porque generamos tecnología propia y eso lo diferencia de cualquier otro proyecto del Estado, y eso nos hace sentirnos orgullosos porque estamos haciendo historia". La directora general de CIC energiGUNE, Nuria Gisbert, presentaba así el que ya es el primer paso público de lo que nació como una spin off del centro, BasqueVolt, un proyecto puntero de producción de celdas de baterías en estado sólido que estará ubicado en el Parque Tecnológico de Álava y en el que CIC energiGUNE lleva trabajando más de dos años.

Al acto de presentación de ayer asistieron la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en representación del Gobierno Vasco y representantes del resto de integrantes del consorcio de inversores del proyecto: Iberdrola, CIE Automotive, Enagás, EIT InnoEnergy y el propio CIC energiGUNE. Esta iniciativa, que nace con una inversión prevista de 700 millones de euros, prevé crear más de 800 empleos directos. Y tendrá su sede en el propio Parque Tecnológico de Álava. De hecho, en esta primera fase, la sede se ubicará en el Edificio Marie Curie. El objetivo inicial es que en 2030 BasqueVolt haya logrado un 10% de la cuota del mercado europeo.

"BasqueVolt es una apuesta única, nos garantiza que esa tecnología nace aquí, se produce aquí y de aquí irá al mundo. Es un proyecto estratégico que hoy se hace realidad", destacó la consejera Tapia.

BasqueVolt nace con la intención de ser la primera gigafactoría europea que fabrique celdas en estado sólido, que luego integran el denominado battery pack. Su tecnología -desarrollada por CIC energiGUNE con el liderazgo de Michel Armand, el padre del electrolito sólido polimérico- se fundamenta en el uso de un electrolito compuesto patentado por este centro para la producción de celdas de batería.

En una entrevista concedida al Grupo Noticias el pasado febrero, Gisbert explicaba en qué consistía esa apuesta de "sustitución del electrolito líquido de la batería por uno sólido". "Teníamos la tecnología de la batería en estado sólido en un estado de madurez suficiente y era el momento de empezar la industrialización -avanzaba Gisbert-. Era el momento porque estaban empezando a aparecer otros players, no todavía en Europa pero sí en otros continentes".

Esta tecnología, explicaba ayer Gisbert, supone "un salto disruptivo" en el ámbito actual de las baterías, en la medida en que permite una mayor densidad energética y, por tanto, una mayor autonomía; es una tecnología más segura y además tiene un coste más competitivo. La producción de BasqueVolt se orienta tanto al sector de la movilidad -a los vehículos eléctricos-, como al sector estacionario y al de la electrónica de consumo. En definitiva, busca desarrollar de forma sostenible "los mejores materiales y celdas para baterías que hagan posible la implantación masiva del transporte eléctrico, el almacenamiento de energía estacionario -incluida la hibridación con sistemas de hidrógeno-gas- y los dispositivos portátiles avanzados".

BasqueVolt nace con el objetivo de lograr un 10% de la cuota de mercado en Europa para el año 2030. Para llegar ahí, esta nueva firma ha establecido una hoja de ruta que prevé establecer en 2023 una primera línea de prototipado. El siguiente hito llegaría en 2025, con la puesta en marcha de una línea piloto para demostrar la escalabilidad industrial.

La siguiente fase prevé que en 2027 esté activada la primera línea de producción, con el inicio de la comercialización del producto en el primer cuatrimestre del año. El objetivo es producir en ese año 10GWh. De este modo, la última fase del proyecto llegaría en 2029, con la ampliación de la capacidad.

Conocidos ayer los primeros detalles de este proyecto, quedan aún cuestiones por despejar. Por ejemplo, será la próxima semana cuando se conozca el nombre del CEO de BasqueVolt y previsiblemente la concreción de todos los socios que toman parte en la iniciativa, que rondarían la treintena con presencia de conocidas firmas vascas.

Por otra parte, este proyecto forma parte del plantel que aspira al PERTE del automóvil eléctrico, al que concurre junto a otras iniciativas como la liderada por Volkswagen-Seat -que incluye la creación de un ecosistema de baterías, desde la extracción del litio hasta el ensamblaje, con una gigafactoría de baterías en Sagunto-, por Renault o por Envisión y Acciona -que proyectan otra gigafactoría en Navalmoral de la Mata (Extremadura)-.

Como ayer subrayaron tanto Gisbert como la propia consejera Tapia, el hecho diferencial de BasqueVolt respecto a otros proyectos de gigafactorías que puede haber ahora mismo sobre la mesa en el Estado es que la que se ubicará en Miñano cuenta con tecnología propia.

Por de pronto, el Gobierno Vasco ya incluyó a BasqueVolt en su Plan de Inversiones Estratégicas de Euskadi 2022-24 con una inversión total prevista de 30,5 millones de euros repartidos en tres ejercicios: 4,5 millones en 2022, 24 en 2023 y dos millones en 2024.

En el acto de presentación de ayer intervinieron también representantes del consorcio de inversores fundacionales del proyecto, que subrayaron lo oportuno de la iniciativa, no solo en el marco de lucha contra el cambio climático, sino en un contexto de incertidumbre en torno a la energía, al tiempo que ensalzaron BasqueVolt como ejemplo de colaboración público-privada. l

l BasqueVolt. BasqueVolt se ubicará en el Parque Tecnológico de Álava. Cuenta con una inversión prevista de 700 millones de euros y prevé generar más de 800 empleos directos.

"El trabajo que se ha hecho ponen de manifiesto la potencia del ecosistema que existe en nuestro país, con Basque Research & Technology Alliance como palanca de la investigación enfocada al mercado, con el liderazgo de socios industriales en proyectos que marcan la diferencia y con el Gobierno Vasco impulsando la colaboración público-privada", afirmó la consejera Arantxa Tapia.