- ASLE, la agrupación que representa a las sociedades laborales y empresas participadas que operan en Euskadi, alertó ayer del impacto indirecto “muy negativo” que tendrá la reforma laboral y exigió a la administración pública crear vías de interlocución para poder intervenir en su negociación.

En su asamblea anual celebrada en Gasteiz, el presidente de ASLE, Kepa Olivares, afirmó que una de las prioridades de la asociación empresarial será tener voz y voto en las mesas de diálogo social para evitar situaciones como la creada por la reforma laboral, que según dijo perjudica a este modelo empresarial en el que los trabajadores son a la vez socios y propietarios del negocio.

Olivares concretó que este texto normativo limita el acceso a la capitalización por desempleo a las personas que se incorporan a un proyecto en marcha. Su efecto en las sociedades laborales es pernicioso porque dificulta de este modo el relevo societario, de capital importancia para garantizar la continuidad de una empresa.

Calificó de “paradójico” que una reforma que nace con el objetivo principal de asegurar empleos estables y de calidad “represente una amenaza para una fórmula jurídica como la nuestra” que, tal y como destacó, se caracteriza por un compromiso tradicional por la creación de puestos de trabajo en buenas condiciones “incidiendo como otras figuras han podido hacerlo en el objetivo 8 de desarrollo sostenible”, cuyo enunciado se centra en promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.

“Quizás, la presencia de una representación de las sociedades laborales en las mesas de diálogo social hubiera evitado esta gran problemática”, apuntó el presidente de ASLE, para añadir a este respecto que en la actualidad se encuentran en conversaciones con la federación de sociedades laborales Laborpar para avanzar en este objetivo.

ASLE cumple este año su 40 aniversario con unos resultados correspondientes a 2021 muy positivos. La asamblea celebrada ayer sirvió para constatar que en el pasado ejercicio se recuperaron “prácticamente” las cifras previas a la pandemia del coronavirus, con una facturación de 850 millones de euros.

Esta cifra se encuentra “muy por encima” de las registradas en 2020, marcado por el covid-19, e incluso de 2019 y se acercan más a las ventas de 900 millones de euros que se alcanzaron en 2018.

La buena evolución se reflejó también en el emprendimiento y generación de empleo. En 2021 comenzaron a funcionar 20 nuevas sociedades laborales frente a las ocho nuevas que iniciaron su actividad en 2020, y se crearon 81 puestos de trabajo.

Cabe destacar que el 48% de los negocios asociados a ASLE pertenecen a Gipuzkoa frente al 36% de Bizkaia y el 16% de Álava, lo que refleja el fuerte arraigo que un modelo basado en la participación de los trabajadores en la propiedad, gestión y resultados de una empresa tiene en territorio guipuzcoano, que defiende un modelo empresarial inclusivo participativo en instancias estatales y europeas.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, intervino en la clausura de la asamblea general de ASLE donde aseguró que “la concatenación de tres crisis globales ha puesto a prueba, de nuevo, la capacidad de resistencia y superación de la sociedad vasca (...) Hoy, a pesar de las tormentas que estamos sufriendo, Euskadi sigue en marcha”.

Urkullu recordó a modo de ejemplo que “hemos recuperado el equilibrio presupuestario, nuestra economía afianza su crecimiento y el empleo se acerca al máximo histórico que logramos antes de la crisis financiera de 2008. Es una visión en positivo, no exenta de preocupación y responsabilidad”. Ante la incertidumbre, el lehendakari quiso lanzar un mensaje positivo de “confianza y compromiso”. l

“Es paradójico que una reforma que quiere empleos de calidad sea una amenaza para nosotros”

Presidente de ASLE