- El plazo para que los accionistas de Euskaltel acepten la oferta de compra de MásMóvil concluyó ayer, al cierre de los mercados. La compañía compradora tiene un plazo de cinco días para analizar las órdenes de venta recibidas y remitir la información al supervisor bursátil, de modo que será la próxima semana cuando se conozca el resultado de la Oferta Pública de Adquisición. Con todo, los últimos movimientos accionariales protagonizados por los fondos de inversión apuntan a que la operación se materializará y nacerá un gran grupo de telecomunicaciones que se situará muy cerca de los líderes del sector en el Estado -Telefónica, Orange y Vodafone- y con vocación de seguir ganando posiciones.

La oferta de MásMóvil busca el control del 100% de la compañía naranja, pero se materializará si alcanza un 75% de las acciones. Los tres principales partícipes -Zegona, Kutxabank, Corporación Financiera Alba- y Abanca ya han mostrado su intención de vender. Además, el consejo de Euskaltel también aprobó aceptar la oferta de MásMóvil con la autocartera de la compañía, que asciende un 0,92%. Los accionistas que han confirmado que aceptan la operación suman así un 57,8%. De modo que el partido se centra en lograr al menos en torno a un 17% adicional.

Todas las miradas están puestas en los fondos de inversión con porcentajes elevados y que han ganado posiciones las últimas semanas con la intención de sacar el máximo provecho de la operación. La decisión de excluir la compañía de Bolsa limitará la rentabilidad de los accionistas que no acudan a la OPA ahora y les obligará a vender en el futuro al precio fijado para la operación, 11 euros por título.

Solo los tres grandes fondos de la órbita de Euskaltel -excluido el máximo accionista, Zegona (21,4%)- controlan el 19,09% de los títulos, según las últimas comunicaciones remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La operación se cerrará si han dado el sí a MásMóvil. Se trata del holandés Nationale Nederlanden, dueño del 6,9% de la compañía, el estadounidense Magnetar (6,6%) y el banco neoyorquino JP Morgan (5,6%).

Además, el hecho de que tengan la llave reduce la capacidad de decisión de los otros fondos que, en general, también se han reforzado desde que se dio el banderazo de salida a la OPA. En esa situación y justo después de los tres primeros, está Syquant, un inversor francés que controla al menos el 4,28% del capital de Euskaltel y que ha ganado peso durante este mes de julio. La belga Ciam maneja por su parte un 3,3% de las acciones y el fondo soberano noruego Norges tiene una participación del 1,6%. Con en torno a un 1%, según las últimas informaciones remitidas al supervisor, la alemana DWS y la norteamericana Citigroup completan el esquema de grandes inversores al margen del 58% del núcleo duro de Euskaltel.

Estos cinco últimos accionistas suman una participación de al menos el 11,28%, que supera el 30% junto a los tres primeros fondos. De modo que el 88% de los títulos han confirmado el sí a MásMóvil o todo hace pensar que lo han hecho aunque no lo hayan oficializado.

Todos ellos afrontan la parte final de un proceso de venta que, si se materializa como parece más que probable, les reportará importantes ingresos. Nationale Nederlanden recibiría algo más de 129 millones de euros y Citigroup ingresaría casi 19 millones. Son el primero y el último de una lista en la que la suma asciende a aproximadamente 570 millones de euros.

La operación será en todo caso rentable sobre todo para Zegona y Kutxabank, principales accionistas. El fondo de inversión británico se embolsará algo más de 400 millones de euros y cumplirá el objetivo con el que entró en Euskaltel.

Su ingreso en el accionariado se produjo en 2017 durante la compra de la operadora asturiana Telecable. Zegona, propietario del 100% de la compañía, entró en el capital de Euskaltel con un 15%. Gradualmente ha ganado posiciones en la compañía relevando al banco de las tres antiguas cajas de ahorro como primer accionista.

El éxito de la OPA supondrá un punto y seguido en la compañía naranja. Sus orígenes se remontan a 1992, cuando el Ejecutivo vasco, liderado entonces por José Antonio Ardanza, inició la construcción de una red de fibra óptica. Tres años después, BBK, Kutxa y Caja Vital se sumaron al proyecto, con una participación del 60%, y nació Euskaltel. Los primeros pasos fueron complejos y la empresa no alcanzó beneficios hasta 2003.

El crecimiento desde entonces ha sido constante y ha situado a la teleco vasca en el escaparate de los inversores del sector. Su unión con MásMóvil refuerza el potencial y garantiza el arraigo a Euskadi.