- El cambio de titularidad de Papresa ha iniciado un proceso de cambio de carácter interno que, en términos generales, no afecta a Errenteria, municipio en el que está asentado. Sin embargo, la nueva propiedad pretende tener una buena relación con la población con la apuesta por una actividad limpia y respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué previsiones maneja del sector papelero a medio plazo?
-El cuestionamiento del plástico es una oportunidad para el sector papelero. La sociedad está muy concienciada con la reciclabilidad y el papel es una buena alternativa no solo para el embalaje, sino en otros negocios como los vasos y cubiertos de plástico. Así lo han visto grandes compañías como Starbucks o McDonald’s, que ya están sustituyendo el plástico por el papel. Industrias papeleras como la nuestra, que utilizamos papel reciclado y fibra virgen, tenemos muchas posibilidades en este cambio. La gran apuesta es la lucha contra el plástico.
¿Dentro de esa política de sostenibilidad contemplan sus afecciones al entorno?
-Junto con el Ayuntamiento de Errenteria hemos puesto en marcha una mesa de trabajo donde, si surge, se ponga de manifiesto un problema y cómo solucionarlo. Queremos tener las menos afecciones posibles ligadas al ruido o al olor y lo llevamos a la práctica de esta manera. La mesa de trabajo se reunirá periódicamente y da inicio a una etapa de colaboración entre el Ayuntamiento y la empresa. Nuestra voluntad es que la gente esté contenta.
Se estrenaron en pleno año pandémico. ¿Cómo ha afectado a la actividad?
-El covid no ha traído nada bueno. Si la situación ya tenía sus complicaciones con la digitalización, la pandemia lo terminó de arreglar. La consecuencia está en que precipitó la operación de compra por parte de Quantum en 2020. Tras ella, hemos mantenido la capacidad productiva con la aceptación de la plantilla, que ha respondido muy bien a las medidas de flexibilidad propuestas.
¿A qué responde el cambio de imagen?
-Queríamos visibilizar que algo está pasando, que Papresa se sigue llamando Papresa, que somos papel y queremos seguir haciendo papel, pero que algo ha cambiado. La imagen ha variado, sí, pero hemos mantenido lo más representativo como es el elefante, aunque pueda parecer una coma.